En la oportunidad, el académico presentó su más reciente libro, llamado “Trabajo Social, arte y poética: una visión transgresora”, de Ediciones UTEM (mayo, 2016).

“Lo que, en general, los trabajadores sociales desarrollamos es mucha razón e intelecto, porque se nos han enseñado a desintegrarnos, se nos ha dicho que no podemos incorporar las emociones ni las sensaciones. Yo creo que es todo lo contrario, creo que la emoción, la sensación, los que trabajamos con seres humanos, deberíamos trabajar con ellas.

Así como se educa el intelecto, hay que educar las emociones. Y la formación de los trabajadores sociales debería ser más integral, incorporando el máximo de raciocinio posible, pero también ser sensible a las emociones”, explicó el docente.

En la charla, el profesor Pablo Suárez Manrique desarrolló una propuesta en que el Trabajo Social es concebido como una profesión que se desarrolla en dimensiones diversas, como la ciencia, la tecnología y el arte, haciendo un especial énfasis en esta última dimensión, que a juicio del académico, históricamente no ha sido suficientemente desarrollada en la formación y el quehacer profesional de trabajadores sociales.