Escuela de Arquitectura UTEM diseña y construye patios para jardines infantiles públicos de la comuna de Santiago

Autor: Christian Luco|
La Escuela de Arquitectura de la Universidad Tecnológica Metropolitana, en colaboración con el Comité para la Infancia y la Familia de la Comuna de Santiago, está trabajando en la creación de patios de juego en jardines infantiles públicos de la comuna de Santiago.

La iniciativa, a cargo de la académica y arquitecta Irene Escobar Doren, busca dotar a estos espacios pedagógicos de experiencias de juego y exploración en contacto con la naturaleza, permitiendo ser una colaboración en el desarrollo motriz y el sentido de la curiosidad de los niños, en un entorno seguro y estimulante.

Por segundo año consecutivo se está llevando a cabo este proyecto, cuya construcción completa es realizada por los estudiantes de Arquitectura del electivo de la carrera: “Diseño y Construcción Participativa de Patios para la Primera Infancia”, que los alumnos pueden cursar a lo largo del pregrado.

La primera versión del proyecto se desarrolló durante el 2015 en el Jardín Infantil Pablo Neruda, ubicado al sur poniente del Parque O’Higgins. Su ejecución se logró con aportes y donaciones voluntarias de distintas microempresas que apadrinaron el proyecto, y el trabajo conjunto con los apoderados y el equipo pedagógico del jardín infantil.

Esta nueva versión de la iniciativa se está desarrollando en el Jardín Infantil Cardenal Silva Henríquez, ubicado en el barrio Balmaceda, con el aporte de recursos de la Vicerrectoría de Transferencia Tecnológica y Extensión de la UTEM y un convenio de colaboración con Maderas Arauco.

El proyecto es una iniciativa del Programa Aprendizaje + Servicios de la Escuela de Arquitectura UTEM, que integra la responsabilidad social de la UTEM con los contenidos curriculares de la carrera.

Según explicó Irene Escobar Doren “este taller es una experiencia de diseño y construcción de proyectos de pequeña escala, cuyas premisas principales se basan en la observación directa del juego de los niños en terreno y en los talleres de participación que se desarrollan con el equipo pedagógico y los apoderados. Así, se trazan los principios básicos del diseño como interpretaciones lúdicas del desplazamiento infantil: explorar, esconderse, trepar, colgar o arrastrarse”.

“Durante el proyecto se desarrollan talleres de participación con la comunidad para levantar las necesidades y entender qué es lo que sus habitantes visualizan como útil, necesario o deseable para el entorno de los niños”, enfatizó.

La estudiante de Arquitectura, Francisca Castro, quien trabajó en la versión 2015, destacó la vinculación que este tipo de instancias genera desde el mundo académico con la comunidad. “Como estudiantes poder construir lo que nosotros mismos diseñamos, es un gran aprendizaje, ya que, desde lo académico no siempre se da la instancia de una intervención real ”, indicó.

Por su parte, el estudiante de Arquitectura David Corrales, quien también participó de la iniciativa el 2015, señaló que lo más atractivo fue “que el proyecto involucrara a las personas, porque generalmente uno como estudiante o arquitecto, asume una postura autoritaria sobre los proyectos. Lo más relevante es que la arquitectura que nosotros generamos acá no fue sólo un objeto, sino una plataforma donde la comunidad se desenvuelve cotidianamente. Una manera de instaurar una semilla que servirá como un espacio rico en fortalezas, arraigo y empoderamiento de la comunidad”.

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