Dirigido a familiarizar a los estudiantes con el concepto de diseño, el primer taller de la malla curricular, plantea a cada nueva generación el desafío de crear herramientas de alta utilidad, replicando las técnicas de corte y maquinaria, aprendidas en la asignatura.

Siguiendo esta línea, la generación anterior, actuales estudiantes de segundo año, expuso el trabajo realizado en la elaboración de peinetas, dando paso a los actuales relojes, todos confeccionados a partir de trozos de madera nativa reciclada. Tomás Cárdenas Fincheira, académico de la asignatura explicó que la elección de relojes recae en la complicación que este representa. «Se encuentran en una realidad que no es demasiado difícil, pero tampoco es tan fácil», destacó.

La muestra consideró cuatro relojes por estudiante, exigidos para la evaluación, que debían ser diseñados pensando en el concepto de «familiaridad de productos», volviéndolos perfectamente semejantes entre sí. «En este caso nos exigieron los conceptos de funcionalidad, lo perceptual o simbólico, lo kitsch, en base a lo recargado, y el anticoncepto», explicó María Paz Espinoza Murga, estudiante de primer año.

Por su parte, Cárdenas se refirió a la calidad presente en los trabajos entregados, destacando que «si pudimos montar una exposición es porque realmente tenemos trabajos muy valiosos. Hay algunos que son extraordinarios. Esto marca que hay un muy buen nivel en el curso, entonces nos preocupa tener temas entretenidos para ellos; que se vayan motivando en los trabajos y descubriendo más de sus aptitudes, y que muestren toda su creatividad».

Autor: Comunicaciones