En la charla «Trabajo social y violencia de género en la pareja: mujeres mayores», dirigida a toda la comunidad, la Doctora Sepúlveda expuso su trabajo investigativo desarrollado en Chile, sobre la invisibilidad de aquellas mujeres que sufren maltrato y violencia contra la pareja durante la tercera edad.

Como primer punto se señaló que es importante determinar que toda mujer sufre algún tipo de violencia a lo largo de sus vidas, ya sea física o emocional. Asimismo, se deben determinar los factores que potencian este fenómeno estructural, como lo son el utilizar la agresión como un mecanismo de control hacia la pareja, la justificación de la acción y la degradación de la imagen de la mujer en los medios de comunicación, entre otros factores.

De igual forma, en el caso de la violencia hacia mujeres mayores, se deben agregar evidencias como el «edadismo», prejuicio sistemático por ser mayor y considerar que son mujeres que han recibido violencia a lo largo de toda su vida por su pareja agresora, siendo justificados por años con la frase «el tiempo todo lo cura».

Tomando en cuenta que dentro de los casos de estudio, la mayoría de las mujeres no se había separado de su agresor, en la investigación se reconoce la importancia de contar con redes de apoyo que permitan salir del círculo de violencia, factores externos que propician la protección como los hijos o familiares cercanos, así como también, amigos que se involucren.

En la jornada, la académica entregó tips para lograr identificar y contribuir a denunciar estos casos, sin provocar un trauma en las afectadas, explicando que lo más importante es dejar de creer que el rostro de la violencia solo se refleja en mujeres jóvenes. «Cuando hablamos de mujeres violentadas, lo primero que se nos viene a la cabeza es una mujer de mediana edad, con hijos, nunca una persona mayor. Esto porque los abuelitos son buenos o no cuentan con la fuerza como para ejercer maltrato», señaló.

Al contar con las señales, indicó la Doctora Sepúlveda, y una vez identificada la agresión, resulta importante trabajar con los síntomas, previo al origen, motivando al cambio de vida y sanación de una mente y cuerpo maltratados. Además, se destaca la acción de no infantilizar a quien pueda estar sufriendo estos tratos.

La jornada permitió enfatizar en el rol de las y los trabajadores sociales ante este tipo de problemáticas que pueden ser más frecuentes de lo que se suele pensar; donde se trabaja por un cambio de visión a nivel de sociedad para revertir y prevenir la violencia de género.

Por Daniela Bozo V.