Estudiante de Diseño Industrial que pintó mural en Colina II realiza mural en Trabajo Social y fue contratado por Adidas

Autor: Christian Luco|
Pintar para colorear el cemento en el que estamos inmersos. Decorar los espacios y expandir naturaleza donde no la hay a través de colores, rostros y animales, es a lo que se dedica Julio Pizarro Freire (Ros), estudiante de quinto año de Diseño Industrial de la Universidad Tecnológica Metropolitana.

Explorador gráfico, descendiente de una familia de panaderos, Ros quien lleva su firma por el nombre de su madre Rosa, es un artista de Puente Alto que a sus 24 años no se detiene. Murales en las calles de Santiago, varios en Barrio Yungay; cuadros a pedidos; diseños para skates; y una reciente exposición colectiva en la galería de arte Metales Pesados, «The adidas Showcase – Chile», a la que lo invitaron a participar con la composición «Tunari» de cuatro tabla de skate, le abrió las puertas para trabajar en adidas, la marca alemana fabricante de calzado y ropa deportiva.

A principios de 2017 junto a otras tres personas presentaron un proyecto para pintar un muro en blanco de la Escuela de Trabajo Social. Se adjudicaron la propuesta y a fines del mes de julio lo realizaron. Con la misma forma de operar, el año pasado junto a Ignacio Nass realizaron un mural en el Centro de Cumplimiento Penitenciario Colina II.


«Nos contactó una trabajadora social de la cárcel. Querían pintar el módulo 11 de reinserción social para los reos. Para nosotros era una experiencia nueva, pero desde hace años que se pintan distintos módulos en esa cárcel y cada cierto tiempo los van renovando. Son los mismos reos quienes financian las pinturas. Nosotros hicimos un presupuesto y en una semana ya tenían la plata», explica Julio, quien comenta que para los reos este tipo de iniciativas también es una oportunidad para realizar algo distinto.

«Fue un trabajo de reincorporación en colaboración con ellos. Estuvimos un mes yendo un día a la semana. Fue entretenido. Se comparte, te cuentan historias. Ellos sólo quieren conversar con otras personas porque se ven las mismas caras todo el día. No todo en la cárcel es pelea, muerte y marginalidad. Existen personas dispuestas a compartir y trabajar en equipo», señala.

Y sobre el muro que pintaron en Trabajo Social, ¿quiénes lo realizaron?

Lo hicimos con Camila Núñez (Wirin), Ignacio Nass y Katherine Espinoza Soza. También se sumaron un chico de Colina y chiquillos de la zona norte, Independencia y Conchalí. Con la Cami trabajamos siempre juntos en proyectos más personales, hacemos muros grandes, por ejemplo en Yungay.

¿Por qué quisieron hacer este mural?

Quisimos darle un poco de sentido de naturaleza a este lugar, para que fuera agradable para los estudiantes. Mostrar el cuidado de lo nuestro. Como no tenemos espacios verdes, la idea es dar un sentido más social a los muros llenando de colores, que es lo que más se necesita en diseño. En la UTEM no hay lugares verdes, entonces tratamos de dar esa connotación de naturaleza, para dar más ánimo al lugar. Además de este, también pintamos murales de la UTEM en Dieciocho 390.


Camila, Wirin, estudió ilustración y participó del nuevo mural de Trabajo Social. «Pintar plantas es dar otro aspecto para demostrar lo que después no va a estar, lo que se va extinguiendo, lo que vas matando por todos los edificios y cemento que hay. Poner plantas sirve para dar el mensaje de cuidarlas, que haya más verde en vez de tanto cemento», asegura.

Julio explica que en las salas de la UTEM, donde ingresó el 2013, ha aprendido de diseño, «pero en cuanto a colores lo aprendí pintando en la calle». Durante lo que resta del 2017 continuará trabajando para adidas. «Me llamó un día el manager de la exposición que estaban haciendo. Están preparando un showcase, que es una plataforma para artistas emergentes. Me invitó a participar cuando fue la inauguración de este y las puertas se abrieron».

En septiembre expondrá parte de su trabajo individual en un café en Las Condes, que incluye «naturaleza mezclada con cuerpo humano. En canvas, cuadros, unas tablas de skate pintadas, pero más telas, spray, que pintura líquida».

Esmalte al agua, latas y válvulas de spray, diversos tipos de brochas, rodillos, pinceles, ganas y creatividad, permitieron pintar 25 metros de paisajes que se pueden ver al interior de Padre Felipe Gómez de Vidaurre N° 1550.


Para revisar la galería de fotos, ingresa al siguiente enlace.

Por Tania García Villanueva

Etiquetas:

Deje un Comentario

WordPress Video Lightbox Plugin