Programa de Sustentabilidad UTEM visitó la primera Escuela Sustentable de Latinoamérica
Autor: Christian Luco|
La visita fue realizada a inicios de agosto por la diseñadora del programa Sylvana Gálvez Herrera, quien conoció la iniciativa impulsada por Tagma, una asociación civil uruguaya sin fines de lucro, junto al arquitecto estadounidense Michael Reynolds, creador de la Earthship Biotecture, empresa que se dedica a la construcción de viviendas autosustentables diseñadas para generar energía eléctrica, calefacción, agua corriente y alimentos orgánicos, construidas con materiales reutilizados como neumáticos y botellas de vidrio.
La escuela sustentable busca impulsar e implementar un modelo cuyo centro es un edificio autosustentable que minimiza costos operativos y facilita aprendizajes significativos sobre innovación y sustentabilidad para toda la comunidad.
En ella se trabajan las áreas de construcción, educación y comunidad. Mientras en la primera se encargan de la proyección del edificio, la coordinación y dirección de la obra, y el desarrollo de planes de mantenimiento sustentable; en el área de educación se trabaja con niñas y niños, sus familias y el equipo docente de la escuela, generando talleres y contenidos educativos asociados al proyecto. Por último en el área de comunidad se desarrolla un trabajo colaborativo con los habitantes de Jaureguiberry en la apropiación del edificio y en potenciar las capacidades locales, al tiempo de establecer vínculos con la academia y la sociedad en su conjunto.
La visita del Programa de Sustentabilidad de la UTEM buscó aprender sobre la construcción de esta escuela como «ejemplo a seguir, ya que es una gran ventana que se abre hacia la educación para el desarrollo sustentable en temas de construcción, disminuyendo la basura y reutilizando residuos, así como en aspectos curriculares y pedagógicos», indicó Sylvana Gálvez Herrera.
Según señaló la diseñadora, la escuela sustentable permite un «trabajo en equipo de diversos actores de la sociedad, en busca de un fin común a través del compromiso con la educación y la resignificación de la relación entre el hombre y el medioambiente. Esto posibilitará la concreción de una forma de vida más sustentable para todos».
La construcción de la escuela se realizó en siete semanas, utilizando un 60% de materiales reciclados con el aporte de 200 voluntarios provenientes de distintos continentes, quienes participaron de la edificación. La escuela ganó el Premio a la Educación para un Desarrollo Sustentable (EDS) Corea 2016 de la Organización Mundial para la Educación Preescolar (OMEP).
Autoría: Programa de Sustentabilidad y Comunicaciones UTEM