Estudiante de Ingeniería en Química relató su experiencia como pasante en España y sus futuros planes profesionales

Autor: Christian Luco|
Las distintas formas de enseñanza entre ambos países para una misma carrera es uno de los mayores enriquecimientos para la estudiante.

Patricia Rivera Fuentealba, estudiante de quinto año de Ingeniería Química, cursó un semestre completo en la Universidad Jaume l en Castellón de la Plana, España, experiencia que además de permitirle conocer distintas ciudades europeas, le entregó nuevas herramientas para su desarrollo profesional.

En un país donde la actividad minera se erige como principal objetivo de desarrollo y explotación, incluso en la educación y mallas curriculares universitarias, el contar con áreas alternativas siempre debe ser una opción presente.

En su experiencia en España, Patricia pudo descubrir estas alternativas hacia donde su carrera puede ir enfocada, además de invitar a todos a vivir esta experiencia.

Los intercambios nacionales e internacionales, nacen a partir de los acuerdos que la Universidad Tecnológica Metropolitana ha logrado consolidar con otras instituciones de educación superior, a través de la Dirección de Relaciones Nacionales e Internacionales.

¿Cómo describirías la experiencia de estos meses?

Genial. Conocer otras culturas, ver otras formas de enseñanza. En relación a la carrera, es parecido, solo que allá es mucho más teórico. Era otro tipo de cultura y otro tipo de mentalidad también.

¿Tuviste oportunidad de participar en algún proyecto durante tu estadía?

Tuve la oportunidad de visitar una planta de tratamiento de agua, la planta de tratamiento en Villarreal. El profesor de la asignatura que tomé para poder ir, participaba en la planta.

¿Qué aspectos profesionales consideras que lograste adquirir o reforzar con tu paso por España?

Mi idea inicial era tomar asignaturas que acá no tenía, entonces tomé un curso de petróleo, por ejemplo, que acá no lo daban. El fuerte de la carrera allá es la cerámica y la petroquímica. No es como acá que va más orientada a la minería y la industria. Entonces pude aprender sobre cosas en las que el país no es tan fuerte, petróleo, por ejemplo.

¿En qué área te interesa desarrollarte a futuro?

Me interesa la investigación. Trabajar un tiempo, y como en España quedamos registrados como alumnos antiguos, tenemos la posibilidad de optar a becas para hacer un magíster. Entonces ahí podría dedicarme a la investigación.

¿Tu experiencia en el extranjero cambió en algún punto tu interés profesional futuro?

Sí y no. Yo siempre quise dedicarme a la investigación, solo se me abre una nueva posibilidad de dónde desarrollarme. El hecho de que allá la educación es un poco más barata. Además, como era en provincia, el costo de vida era mucho menor.

¿Qué destacas de esta experiencia en el ámbito personal?

Creo que uno valora más a las personas y se da cuenta con quién puede contar. Ahora aprecio cosas pequeñas que antes ni notaba. Por ejemplo, lo que más extrañé de acá fue que mi abuela me esperara con el agua caliente, conversar. El calor de hogar se extraña, aunque entre los compañeros de piso igual se genera un ambiente hogareño.

¿Considerarías volver a vivir una experiencia internacional?

Abre muchas puertas. Poder conocer otras culturas. Tomar más conciencia y peso del entorno, de la realidad que pasan quienes están más lejos de ti, incluso en el cambio de horario.

¿Qué consejo les darías a las personas que tienen algún interés en irse?

Que se vayan, que no lo piensen. Igual uno tiene sus altos y bajos, pero son más las cosas en positivo. El ser más independiente, salir de la casa, preocuparse por cosas como la luz, el agua, el arriendo; todo eso te hace crecer. Tengo muchas ganas de irme a hacer el magíster a España, una vez que termine la carrera.

Por Daniela Bozo Villarroel

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