Semana de la Educación Sexual y Afectividad expuso a la comunidad temas de prevención y la importancia de vivir la sexualidad desde el placer
Autor: Christian Luco|
Bajo la organización de la Dirección de Relaciones Estudiantiles de la Universidad Tecnológica Metropolitana, se realizó en los tres campus de la Institución, la primera versión de la Semana de la Educación Sexual y Afectividad, entregando una orientación en temáticas que involucran a toda la sociedad actual.
¿Es la educación sexual un tema país transversal en todos los niveles y establecimientos? Un rápido análisis al sistema educativo deja en evidencia que desde el preescolar hasta la educación superior, existe una deuda informativa, justificada por cuestionamientos morales, falta de expertos en el área y tabúes en torno al tema; que inciden en las decisiones de los jóvenes y adultos de Chile.
En este contexto, considerando además el aumento de enfermedades de transmisión sexual en jóvenes pertenecientes al rango etáreo de los estudiantes de la Universidad, y la visibilización de la violencia, intolerancia y frustración entre pares y parejas afectivas; la UTEM buscó contribuir a paliar esta deuda con la educación sexual, a través del desarrollo de esta actividad.
“Como universidad, somos generadores de conocimiento y desde nosotras, las universidades del Estado, tiene que salir el ser vanguardistas en el sistema, con temas trascendentales a nivel nacional, porque también damos lineamientos generales a una sociedad donde desde nuestra expertiz podemos contribuir a ser más humanitaria en el género”, destacó Sandra Gaete Mejías, Directora de Relaciones Estudiantiles.
La iniciativa abordó en tres jornadas, temáticas de prevención y protección, además de considerar la enseñanza reflexiva desde el afecto, identificando a este factor como ente crucial en la relación con un otro y autopersonal.
Placer
Por medio de la exposición de expertos en las distintas áreas del placer, las jornadas contemplaron temas como los tipos de orgasmos -directos o indirectos- presentes en las personas; el sexo como necesidad humana; la reducción del sexo al instinto y la interrogante, ¿se puede vivir sin sexo?, como reflexión a los asistentes, todo a cargo de Rodrigo Jarpa, Doctor en Sexualidad Humana e integrante de la American Association of Sexuality Educators.
Respecto a la iniciativa, Jarpa destacó, “me parece muy relevante, muy importante y muy necesario dar más instancias como esta. Ojalá sea algo que se repita y se mantenga en el tiempo, y que lo empiecen a implementar en otros lugares, además de las universidades”.
Desde una visión evolutiva del placer y la sexualidad en la sociedad chilena, Jane Morgan, mejor conocida como la fundadora de “Japi Jane”, retrató cómo en poco más de una década, ha sido testigo de la pérdida del placer como un tabú entre los chilenos y la evolución desde el autodescubrimiento y realce del deleite en la sexualidad de las personas.
Considerando los factores corporales que motivan y perpetúan el placer en cada individuo, Odette Freundlich, kinesióloga y especialista en disfunciones del suelo pelviano, expuso las particularidades que cada cuerpo representa en la exploración del placer, entregando datos como los tipos de orgasmos que puede experimentar cada persona, según la conformación y sensibilidad de la vulva en el caso de las mujeres y glande, en el caso de los hombres.
Un correcto desarrollo del placer entre pares y autoplacer, requiere además de un desarrollo sexual y prevención consciente; donde también esté presente la preocupación por constituir un entorno sano y respetuoso en relación a la sexualidad ajena, temas que también fueron abordado por los expositores.
Educación
Vasili Deliyanis de Acción Gay, presentó un abanico de temas, desde la carencia de educación sexual en los planes curriculares a nivel estatal, pasando por los avances que las organizaciones no gubernamentales han conseguido en la materia, hasta los prejuicios en torno a quien resulta portador del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) en Chile.
De igual forma, Erika Montecinos de la agrupación lésbica, Rompiendo el Silencio, dio muestra de la discriminación que lesbianas sufren dentro del sistema de salud público, donde mujeres son violentadas por su condición sexual y los organismos no facilitan la protección para evitar contraer enfermedades de transmisión sexual, ejemplo de ello es la falta de Barreras de Látex en los centros de salud.
Desde la perspectiva de salud, Gloria Maira, ex subsecretaria del Servicio Nacional de la Mujer, se refirió a lo avances que se han conseguido durante los últimos años, enfocándose en el aborto y derechos reproductivos de la mujer, y a la vez, dio cuenta de lo mucho que falta avanzar desde el sistema y las perspectivas de la sociedad.
Desde los avances, exposiciones como las de Francisca Valenzuela del Observatorio Contra el Acoso Callejero (OCAC) y Carmen Andrade de la Universidad de Chile, evidencian cómo las iniciativas privadas y las entidades de educación superior han trabajado por poner atajo a situaciones de riesgo como lo es el acoso y agresiones sexuales, que lejos de desarrollarse solo en la calle, pueden ser parte de la relación entre pares y cercanos.
Las jornadas finalizaron con una intervención de la Asociación Chilena de Protección a la Familia (APROFA), quienes a través de un taller de autoreconocimiento de las zonas de placer, invitaron a los participantes a compartir sus preferencias con los presentes, contribuyendo a quitar pudor, defender y reconocer en el otro los mismos deseos y preferencias sexuales; siempre desde la predominancia de la protección y el respeto.
Además de las charlas, las jornadas contaron con ferias de orientación, a cargo de entidades como el Ministerio de Salud (Minsal), Observatorio Contra el Acoso Callejero (OCAC), Acción Gay, Centro de Familia y Comunidad (CEFACOM), Fundación Selenna y Fundación Margen, quienes expusieron su lucha por conseguir que las trabajadoras sexuales dejen de ser reconocidas como trabajadoras al margen del sistema, y se consideren derechos como salud y jubilaciones para ellas.
Por Daniela Bozo Villarroel