Jefe de carrera de Administración Pública: “La confianza se perdió en la institucionalidad, no en el Carabinero de a pie”
Autor: Christian Luco|
Desde octubre de 2016, cuando inició la investigación por el denominado PacoGate, que Carabineros de Chile ha dado que hablar en los medios y es tema de conversación en los hogares, pues la institución, su ética y eficiencia, ha sido puesta en tela de juicio desde que la Fiscalía de Magallanes confirmó una investigación por fraude fiscal y malversación de caudales. Al respecto, conversamos en profundidad con el Jefe de carrera de Administración Pública, Marcelo Muñoz Quezada.
“PacoGate” y “Operación Huracán” son los nombres que los medios han dado a investigaciones de graves faltas al interior de Carabineros de Chile. El primero, relacionado con el desfalco de una millonaria suma de dinero, y el segundo por la supuesta alteración de pruebas por parte de funcionarios de la institución, ambos casos han contribuido al desprestigio de Carabineros y acusaciones de su mal manejo.
El hecho de que a un día de realizado el cambio de mando Presidencial, el ahora ex General Director de Carabineros, Bruno Villalobos, presentara su renuncia, no ayudó a calmar el descontento ciudadano, sino por el contrario contribuyó a que surgieran dudas sobre por qué no tomó antes la decisión; por qué en el Gobierno de Michelle Bachelet no se pidió su renuncia; y si fue una renuncia forzada, luego de que en el saludo protocolar el nuevo Presidente de la República, Sebastián Piñera le dijera a viva voz “tenemos que conversar”.
El Jefe de Carrera de Administración Pública de la Universidad Tecnológica Metropolitana, Marcelo Muñoz Quezada explica que “cuando alguien tiene un cargo directivo y hay problemas de eficiencia en la gestión, dejando de lado el caso específico de corrupción, el directivo tiene que medir su nivel de responsabilidad, entonces la lectura general que se hace ahora es que, posiblemente, en su fuero interno, los niveles de responsabilidad no le correspondían a él. La ética personal evalúa eso, pero en términos de gestión y de la mirada institucional, claro que sí se cuestionan los niveles superiores cuando hay altos niveles de ineficiencia hacia abajo”.
El académico agrega que “incluso en algún momento, Bruno Villalobos, dijo que era necesario que él continuara en su cargo para poder mejorar la situación y hacer frente a lo que está pasando, en ese momento pensó que podía hacerse cargo y arreglarlo, pero en algún momento tiene que llegar un equipo, un directivo o una persona de nivel superior a tomar cartas en el asunto, y eso fue lo que pasó”.
Respecto a si la decisión debió tomarse antes, Muñoz señala que probablemente “el Gobierno mantenía confianza en Villalobos y creían que podía ayudar a solucionar la situación interna, lo que hay que revisar es qué nivel de antecedentes tenía el Ministerio del Interior y la presidenta Bachelet frente al rol que jugó el ahora ex General Director de Carabineros”.
Actualmente, la institución ha bajado en los rankings de confiabilidad y transparencia en las distintas encuestas, sin embargo, pese a ello aún continua en los primeros puestos. Según el académico “generar cambios profundos es lo único que podría garantizar un reordenamiento en Carabineros, porque no hay que olvidar que todos estos hechos han salido a la luz, en gran parte, por reportajes de Ciper y por las 39 fiscalizaciones y sumarios que realizó Contraloría. Ahí vemos niveles de corrupción altísimos desde el 2010, entonces es algo que ya había permeado la institución, no son hechos aislados”.
En este sentido Muñoz asegura que se trata de una “falta de control de fiscalización de la estructura orgánica, porque vemos que habían sistemas internos de corrupción instalados en las compras, en las licitaciones, en el tráfico de influencias y eso es complejo desarraigarlo de una organización porque se comienza a premiar la cultura, porque dicen si uno lo hace, mi jefe o un alto mando, surge el ‘porqué yo no’, entonces se pierde la ética interna que era el gran baluarte y capital que tenía Carabineros y sigue teniendo de alguna u otra manera”.
Las formas de fiscalización que existen para dar a conocer estos hechos han aumentado con los años, debido a que se han promulgado leyes como las de Transparencia y Lobby, que ayudan a detectar este tipo de situaciones, a ellas se suma la acción por parte de Contraloría, la capacidad fiscalizadora de la Cámara de Diputados, el control que ejercen los medios y la ciudadanía, organizada o no, que puede solicitar la información de cualquier órgano del Estado.
El académico UTEM apunta a que “las herramientas legales están, el tema es el nivel de eficiencia y también la voluntad política para hacer algunas cosas. Aunque pueden haber situaciones políticas u otros temas de por medio, porque cuando se habla de ‘redes de corrupción’ es complejo, ya que pueden estar involucradas personas que no necesariamente están ligadas a la institución y así también se crean ‘redes de protección’, que pueden haber impedido que el tema surgiera y se debatiera en la Cámara de Diputados, por ejemplo”.
Algo de lo que aún no se habla tanto es de trabajar en un Gobierno Abierto, medida que se ha implementado en otros países y que consiste en transparentar al mayor nivel las acciones del Gobierno, Muñoz considera que “hay que avanzar en eso. Esto no tiene que ver con colores políticos, tiene que ver con una capacidad de generar democracia en el sistema, porque cuando hay corrupción se corrompe el sistema y el sistema político es lo que nos sustenta, es por eso que es importante que nosotros como ciudadanos estemos atentos a este tipo de hechos porque lo que se deteriora es nuestra democracia”.
Respecto al nombramiento de Hermes Soto como nuevo General Director de Carabineros y la filtración de su hoja de vida, el experto UTEM señala que “uno puede mirar las historias de las personas y hacer un juicio de valor personal, pero hay otro juicio profesional, aunque en el caso de un Carabinero la ética personal está ligada a la profesional, como en todos los cargos públicos, de hecho la ley lo establece, el funcionario público tiene que tener una ética superior en comparación a cualquier otra persona, por la investidura que tiene su cargo, pero la verdad es que como buen chileno ‘en la cancha se ven los gallos’ y hay que ver cómo es su actuación, su nivel de eficiencia en el desarrollo de sus funciones y en los cambios que se necesitan para que vuelvan a ser la institución en la que todos los ciudadanos confiaban”.
Pese a las “redes de corrupción” que han salido a la luz en los últimos años, tanto en Carabineros como en empresas privadas y a nivel político, Chile sigue siendo uno de los países de Latinoamérica que está en el ranking más alto de transparencia internacional, que mide el sector privado y estatal.
El académico UTEM señala que lo más grave en el caso PacoGate es que “el dinero defraudado es de todos nosotros y eran dineros destinados para algo que todos los chilenos y toda la ciudadanía dice y declara que nuestro país necesita, que es frenar la delincuencia, entonces ahora hay altos niveles de inseguridad y delincuencia, que no queremos tener, y que si se utilizaran eficientemente los recursos, esto podría cambiar”.
Marcelo Muñoz hace hincapié en que lo que hay que conseguir es “recomponer la cultura interna, de la lealtad, de la no corrupción y ver dónde los sistemas no están funcionando de la mejor manera, entonces hay que seguir trabajando con las personas y con la gestión interna, la institucionalidad, los procedimientos, los procesos internos porque el gran tema es la confianza, que aunque se perdió en la institucionalidad, no así en el carabinero de a pie, yo creo que ese es el mensaje de hoy en día, se perdió por la gestión y por el mal uso de los recursos”.
Por Carolina Vásquez Cárcamo.