Decana Gavilanes se refirió al movimiento feminista: “Estos fenómenos son procesos largos, no son eventos y hay que verlos como tal”

Autor: Christian Luco|
En el marco de las recientes movilizaciones a nivel nacional y mundial sobre la violencia de género y la educación no sexista, la Comisión de Género y Diversidades de la Universidad Tecnológica Metropolitana ha manifestado su interés por generar nuevas instancias de diálogo.

La Decana de la Facultad de Humanidades y Tecnologías de Comunicación Social  y Coordinadora de la Comisión de Género y Diversidades, Ana Gavilanes Bravo, también, ha sido una de las líderes en cuanto a la promoción de la necesidad de establecer canales adecuados para la implementación de actividades que ayuden a la educación en esta temática.

¿Hace cuánto tiempo que se trabaja esta temática en la Universidad?

El tema de género no es algo que se esté conversando recién en la Universidad, producto de la movilización o de la creación de la Comisión, aun cuando existen acciones aisladas, hubo un momento entre 1994 y 1998 en que se ofertaron a través de los electivos de formación general, cursos relacionados con el tema de género.

El problema de género, viene desde que el tiempo es tiempo y las conductas de discriminación y violencia se veían como naturales. En todas las épocas ha habido mujeres que se destacaban, pero aun así eran invisibilizadas por el contexto cultural y Chile no está ajeno a esta realidad.

¿Cómo se entiende este “destape” de la violencia de género?

Estos fenómenos son procesos largos, no son eventos y hay que verlos como tal. En el caso de la Universidad, surge la necesidad, el año pasado, de encausar todas estas inquietudes, reconociéndolas a nivel de autoridad, al punto de que por primera vez en un Programa Rectorial – el programa del Rector Luis Pinto – se plantea esta problemática como algo de lo que hay que ocuparse.

¿Cuál es la finalidad o misión de la Comisión que encabeza?

El fin de la Comisión es generar una instancia de discusión de esta temática, para que aquí se canalicen las acciones y surjan las propuestas, en este sentido está el proyecto de crear un Programa de Género que ha sido desarrollado, principalmente por la Doctora Susana Gavilanes.

Esta Comisión tiene además la característica de ser triestamental, ya que está compuesta por académicas representantes de las distintas facultades, estudiantes representantes de la Secretaría de Género y funcionarias designadas por sus respectivas asociaciones.

Es en esencia una instancia de conversación y a través del Programa se espera generar el espacio que permita visibilizar la temática de género, a través de la docencia e investigación, evaluar la posibilidad de incorporar a las mallas curriculares la temática, hacer actividades como seminarios, coloquios o concursos, etc.

¿Cuáles son las atribuciones de la Comisión?

La Comisión en estos momentos puede generar propuestas o participar de las propuesta de protocolos de acción, pero no es misión, ni función de la Comisión o del futuro Programa entrar en la ejecución de los protocolos, ya que no está preparada ni pensada para eso, esto debe ser parte de otra instancia, con personas que tengan el conocimiento teórico de lo que es la problemática de género.

¿Cuál es su visión de la situación actual?

Lo que está ocurriendo ahora es un hito histórico, en el sentido de que por primera vez se produce un movimiento de tal envergadura, en que las mujeres se toman la Universidad, yo lo veo como un movimiento ciudadano de mujeres que trasciende a los partidos políticos, y a las ideologías tradicionales. De este movimiento pueden surgir muchos discursos, porque creo que están confluyendo visiones de distinta naturaleza relacionadas con el tema.

¿Cómo ve la “imagen” del hombre en estas situaciones?

El problema creo que es más profundo, pienso que en un sistema como el que vivimos no solo la mujer, sino que también el hombre es explotado, es limitado y en el caso de las mujeres esto se agrava porque no existe la conciencia explicita de que en términos de fuerza de trabajo, ambos están siendo vapuleados por el sistema, por otro lado creo que cuando se trata este tema como una guerra de sexos es reducir el problema.

¿Cómo ha visto la dinámica que se ha estado dando?

Este es un proceso que implica un cambio cultural, pero los cambios culturales no son de un día para otro. Recién ahora se está visualizando el problema de la violencia de género como algo no natural, hace 30 ó 50 años estaba dentro del esquema de la sociedad que el que mandaba y dominaba era el hombre y la mujer aceptaba que él era el que, por ejemplo, manejaba el dinero de la casa, incluso podía golpearla si cometía errores y eso era transversal.

¿Por dónde parte este cambio cultural?

Es un conjunto de cosas, pero parte también por la educación, una de las aberraciones de la Dictadura, y que no se ha corregido, es que se eliminó la educación cívica. En los colegios fiscales, como en el que estudié, empezábamos a ejercer nuestro derecho ciudadano en tercero básico, cuando teníamos el consejo de curso, para el que escogíamos a nuestras autoridades, a través de una votación ahí aprendíamos respeto, tolerancia, justicia, etc. Por eso es urgente que se incorpore la educación cívica como parte del currículo además de temas de género, diversidad, inmigración y varios temas más.

¿Cuáles son las medidas que se pueden tomar como Universidad y sus limitantes?

En el caso de las universidades públicas existe el Estatuto Administrativo y los estatutos propios de la Universidad, pero si nosotros sacamos un reglamento este no puede estar por sobre la ley, entonces hacen falta leyes que apoyen este proceso de cambio cultural en el que debe primar el sentido de responsabilidad, justicia y respeto al otro.

¿Cómo será el proceso de conversaciones con los estudiantes?

Hay que ver el mecanismo para poder iniciar una discusión que permita a las y los estudiantes ser más partícipes de esta instancia, pero ellos deben determinar cómo lo hacen, porque aunque los estatutos y reglamentos no son perfectos, los estudiantes sí tienen representantes en distintas instancias, como el Consejo Superior y Consejo Académico, Consejo de Facultad, de todas formas en la Comisión están las puertas abiertas para conversar con ellos.

Por Carolina Vásquez Cárcamo

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