Como en todo deporte, el camino no ha sido fácil. Compatibilizar estudios, familia, pololeo y hasta trabajo en algunos casos, requiere de una rigurosidad y organización que las jugadoras han debido adoptar para rendir en todas las áreas. Pese a las exigencias, dejar el deporte no es una opción.

Y es que la formación integral es muy importante para ellas, y el deporte en particular, cumple un rol protagónico. “Podemos estar resfriadas o con algún dolor, pero el venir a entrenar nos hace olvidar incluso esos problemas físicos”.

“Combinar todo esto es súper difícil, por los ramos, entrenamiento y familia, pero el querer entrenar te hace reorganizar todo, porque el deporte es muy importante”, declara el equipo.

Como las define su entrenador, “son un equipo competitivo. Quizás a veces no les gusta mucho entrenar, pero siempre quieren competir, estar en los partidos y demostrar que se van superando en cada encuentro”.

Dos equipos, un plantel

28 mujeres es el total de jugadoras que componen los planteles de Futsal y la Selección de Fútbol Femenino de la universidad. Provienen de una raíz común: ambos nacen como iniciativa estudiantil, con algunos años de diferencia en su formación, pero desde el mismo ímpetu. Entrenan juntas, compiten juntas, y en el fondo se trata de un mismo equipo.

La Selección de Fútbol inició hace tres años y su historia oficial desde hace cinco, con mujeres que jugaban partidos amistosos, lo que derivó en una amistad entre ellas y un proyecto en común. Comenzaron a juntar firmas, hicieron cuotas para poder pagar las canchas de entrenamiento en el Estadio Nacional y formalizaron el deporte para luego convertirse en Selección.

Por su parte, el equipo de Futsal existe desde hace un año, siendo una de las instituciones pioneras en formarse en esta disciplina. “Solo dos universidades tenían Futsal y no se podía formar un campeonato con dos equipos”.

Mujeres que crean y juegan en equipos deportivos, fútbol en este caso, es parte de los intereses que definen a las estudiantes de la Universidad, acorde además a los prejuicios que rompe el fútbol femenino a nivel nacional.

“De todas maneras vencemos prejuicios. Desde que fue la Copa América se rompieron totalmente los prejuicios. Sirvió para que se rompiera la tradición de que solo los hombres pueden jugar. Salió en la tele, porque si no sale en la tele no existe, y fue como ‘oh, de verdad ustedes pueden jugar’, ‘igual no juegan tan mal, le pegan con fuerza’. A algunas les molesta, pero a otras hace ver que el pensamiento está cambiando”, sostienen las jugadoras.

Actualmente, ambos equipos compiten en dos campeonatos de fútbol y futsal, respectivamente. Siendo estos el de apertura y clausura, el de la Federación Universitaria de Deportes (FENAUDE) y el de las Ligas Deportivas Escolares (LIDES).

Como meta se proponen avanzar y hacer crecer al equipo para consolidar al deporte dentro de la universidad, y que la Selección de Fútbol y el equipo de Futsal perduren más allá de las generaciones actuales.

“La idea es que el equipo y este trabajo perdure, no que termine esta generación y se acabe la selección. Mientras logremos más triunfos, las generaciones que vienen estarán más motivadas y esto va a mantenerse”, es la percepción del equipo.

En invierno y verano, el plantel entrena cada martes, jueves y viernes por las tardes, en las canchas del Campus Juan Gómez Millas de la Universidad de Chile, ubicado a un costado de Campus Macul UTEM.

Para formar parte del equipo pueden contactar con la universidad a través de la fanpage Selecciones UTEM o solicitar el número de la capitana en los comentarios de esta nota.

Por Daniela Bozo Villarroel