Doris Baeza, Consejera Superior: “Yo supero todo”

Autor: Christian Luco|
Doris se desempeña actualmente en el Departamento de Planificación y Ordenamiento Territorial, pero lleva en la UTEM más de tres décadas, tiempo suficiente para crecer, aportar con su experiencia y, sobre todo, decidirse a trabajar por el bienestar de los trabajadores de esta casa de estudios.

 

Hace 33 años Doris llegó a trabajar a nuestra Universidad, cuando ésta era el Instituto Profesional de Santiago (IPS) y lo hizo a Cartografía, una carrera pequeña que dependía de Diseño. Había estudiado Técnico en Administración con mención en Contabilidad en el Duoc, lo que le permitió trabajar durante cinco años aproximadamente en esa área, pero se decidió a abandonarla, al darse cuenta que ese ritmo de vida era demasiado intenso.

Fue así como ingresó a la Facultad de Arquitectura en la Universidad de Chile, y por esas vueltas de la vida, un profesor de la carrera de Geografía de dicha institución, le avisó que debía venir al IPS a una entrevista de trabajo. “Tuvo buen ojo y se le agradece mucho”, pues él la recomendó sin preguntarle nada. A las pocas semanas ya estaba acá, aprendiendo con avidez todo lo relativo a su nuevo trabajo. “Fue un proceso intenso, más que duro, yo siempre he pensado que yo lucho y saco todo”.

Así fue como Doris vivió todos los cambios que sufrió Cartografía: primero se convirtió en escuela, separándose de Diseño y, tras convertirse el IPS en la UTEM, surgió como Departamento de Cartografía, donde ella estuvo por 25 años. Tras cambios internos en la Universidad, pasó a Construcción, pero con una jornada vespertina, donde debía trabajar directamente con alumnos de 3 carreras.

Finalmente, y debido a nuevos requerimientos, el año 2012 Doris asumió como secretaria del Departamento de Planificación y Ordenamiento Territorial, lugar donde permanece hasta ahora.

Todos estos cambios Doris los ha tomado como un nuevo desafío, en donde, sin duda, ha aprendido mucho, pero donde también ha puesto toda su experiencia en juego, a fin de que las cosas salgan de la mejor manera posible, un aspecto que sus jefes reconocen y valoran mucho. Esta confianza que han depositado en ella le ha dado más fuerza y energía para seguir trabajando y colaborando a diario, “para que todos tengan lo mejor posible, y que la U esté mejor, porque uno es quien pone la cara, así que todos deben quedar bien”.

Pero en todos estos años de trabajo también se ha dado cuenta de que “si tú no peleas, no luchas, no hablas, las cosas pasan igual y quedas fuera”. Por eso mismo decidió presentarse como candidata a Consejera Superior, aún cuando ya viene el tiempo de jubilarse.

Para optar a este cargo, Doris solicitó el parecer de dos personas que son fundamentales para ella. Una amiga secretaria y también la de su compañero, Hugo Labra, Jefe de Unidad de Control Presupuestario, ya que tenía claro que “no lo puedo perjudicar, no me podía arriesgar a que dijeran que todo lo que sabía era por él y no es así, yo lo sé por mi trayectoria en esta Universidad, porque pongo atención en todo, porque nosotros estamos en el terreno, y eso me permite dar opiniones y decir esto está malo”.

Ella ya tiene experiencia gremial. Fue dirigenta en la Universidad, estuvo como consejera dentro de una facultad, fue representante de las calificaciones del personal no académico y ser Consejera Superior, era algo que le faltaba desarrollar. Acá su gran meta es que el Decreto 105 se actualice y por ello está en constante preparación y trabajo.

El orgullo de Doris, su familia

Doris tiene una hija, Pamela, quien estudió Ingeniería Comercial en la UTEM, “ella está súper bien evaluada, reconocida, tiene una muy buena base, se lo tienen que creer”, refiriéndose a la actitud que nuestros egresados deben tener al salir al campo laboral. Pero Doris también es madre de cinco hijos y abuela, pues Hugo aportó con los suyos desde que están juntos, a los cuales ella siente como propios.

Para su hija Pamela, Hugo es su padre, “la etapa más linda de sus 22 años es que él la reconoce como su hija y ella a él también, dice que es su papá de corazón. Es lo más lindo que ella ha podido encontrar y ella se lo ha agradecido directamente a él”. Y claro, también existe un regalón, Capitán, un perro boyero que es un niño más de la casa.

Doris es una luchadora, lo cual la llena de orgullo, pero también la convierte en una mujer muy resiliente. Los últimos años se ha visto afectada por una serie de dolorosas enfermedades, sobre todo reumáticas, lo cual no la deprime. “No se nota por mi actitud y porque siempre digo que es una la que se tira para arriba, soy optimista, y como lo dice mi jefa, Usted puede estarle diciendo las peores cosas a una persona, pero como lo dice con una sonrisa, da lo mismo, porque lo toman bien”.

Dice esto mientras despliega una sonrisa cálida, con confianza y también con un tremendo orgullo por su forma de ser, lo cual, claramente, ha sido fundamental para todo lo que Doris se ha planteado en la vida y ha alcanzado, con esfuerzo y compromiso.

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