31 años para un mundo sustentable
Autor: Christian Luco|
En este escenario de crisis actual e incertidumbre sobre el futuro, muchos y muchas buscan una solución que nos permita mirar el futuro con tranquilidad. Esa solución existe y tiene un plazo: 31 años. Ese es el tiempo en que se podría cambiar radicalmente la forma de tomar decisiones que hoy tiene al mundo en esta crisis, la cual tiene múltiples causas, como la falta de empatía social, el aumento de la población, los modos insostenibles de producción y consumo y la ambición humana, entre otros. Pero la causa raíz, el quid del asunto, son las decisiones que egresados de universidades, situados en todos los puestos directivos, toman día a día.
Hoy por hoy, todos los que toman decisiones importantes en el mundo son graduados universitarios: los que dirigen ministerios, empresas, organizaciones internacionales y también la mayor parte de los políticos. Si cada uno de estos profesionales tomara su decisión considerando el bien común, internalizando sus externalidades y pensando siempre en el otro, sin duda el mundo podría cambiar radicalmente, pero la mayoría no lo hace, pues han sido formados para ser económicamente eficientes y rentables.
La solución es, entonces, formar para la sustentabilidad a los estudiantes que ingresen a nuestras universidades, y ello significa simplemente tomar todo lo consensuado al amparo de Unesco sobre Educación para la Sustentabilidad, y ponerlo en práctica en las universidades del mundo. Imaginemos que como propuesta de COP25 surgiera el instaurar la formación para la sustentabilidad como un imperativo vinculante, si esto pasara, en un plazo de seis años se podrían realizar los cambios curriculares y la formación necesaria para que en 2025, todas las universidades realmente pudieran comenzar a formar en sustentabilidad a esa generación.
Esta primera generación egresaría por el año 2030, comenzando su vida profesional consciente de los límites planetarios y de las penurias de la pobreza, y en cierta medida, irían cambiando lo que pueden e influyendo en las decisiones de otros. En 2040 esos jóvenes ya tendrían posiciones de mandos medios en las organizaciones y podrían instaurar con más facilidad acciones sustentables. Al 2050 ya serían quienes tomen las decisiones importantes en las organizaciones, decisiones prohumanidad y proambiente, decisiones que privilegiarán el largo sobre el corto plazo, el bien social sobre el beneficio económico, la utilización sostenible de los ecosistemas y la adopción de modos de producción sustentables.
Son 31 años. Un plazo breve para recomponer esta crisis de sustentabilidad que hemos ido generando en cientos de años. No es fácil, pero si de esta COP25 sale un acuerdo vinculante real, sería posible llegar a las autoridades educacionales de todos los niveles, especialmente las universitarias, generar las condiciones adecuadas y gestionar la educación, para que sea la real gestora de la solución que el planeta necesita.
La educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo, dijo alguna vez Nelson Mandela. Usémosla.
Oscar Mercado Muñoz
Director Programa de Sustentabilidad UTEM
Presidente Red Campus Sustentable
Portada: Pexels