¿Son las clases online una modalidad que podría quedarse en la UTEM?
Autor: Constanza Valdivia Rossel|
El Coronavirus nos ha impuesto, a todos y a todos, nuevos desafíos, y lo ha hecho en diversos ámbitos que, en el caso puntual de nuestra Universidad, implicó adoptar rápidamente nuevas formas de trabajar, pero sobre todo, de poder llegar de buena forma a nuestros estudiantes, con los contenidos de sus respectivas carreras.
Para ello se definieron ciertas plataformas que han permitido, desde hace casi un mes, que las y los académicos de la UTEM, puedan interactuar con las y las alumnos, intentando llevar adelante un plan de trabajo que fue concebido para ser dictado de manera presencial, y que muchas veces contemplaba salidas a terreno, clases en laboratorios y talleres prácticos.
Pero esta situación de pandemia mundial nos ha llevado a ajustarnos, a aprender a usar nuevas herramientas y, sobre todo, a no dar por hecho que tenemos la fórmula perfecta, para salir adelante, pues aún nos queda mucho por aprender.
Para Marfilda Sandoval, jefa de la carrera de Ingeniería en Gestión Turística, en estas primeras semanas de clases, “nuestra Universidad ha realizado enormes esfuerzos para implementar y entregar los recursos, que permitan acceder a todos nuestros estudiantes a sus clases online, así como también se ha preocupado de capacitar al recurso humano interno (docentes, autoridades, administrativos y estudiantes), para abordar de la mejor forma esta modalidad”.
Las clases online “son una modalidad que claramente puede ajustar los contenidos que permitan avanzar, bajo las condiciones que el entorno nos obliga, dando la flexibilidad para identificar aquellos contenidos, dejando en receso aquellos que requieren o estaban considerados como trabajos de terreno, los cuales se abordarán en el próximo semestre. Nuestra malla curricular es flexible y aquellas falencias que se detecten, serán abordadas a través de electivos de Formación Especializada, que nuestra carrera tiene considerado”, puntualiza Sandoval.
Rafael Pizarro, jefe de la carrera de Administración Pública, nos cuenta que el “trabajar en contingencias distintas, disímiles y hacer frente situaciones no esperadas, es parte de nuestra formación profesional y eso, sin duda, conduce a que hoy día nuestros docentes tengan la posibilidad de poder adecuarse a esta nueva metodología”.
“Y en sentido he podido percibir una tranquilidad, una normalidad y un asumir el desafío no desde la lógica del impedimento, sino desde el aprendizaje y eso ha sido súper importante como actitud de nuestros docentes”, agrega Pizarro.
Natalia Hassan, académica y coordinadora del Programa Institucional de Fomento a la I+D+i (PIDi), quien realiza la clase sobre Fundamentos Básicos de Materiales, nos comenta que considera que con esta metodología online “la interacción alumno-profesor no se ve afectada en lo absoluto, debido a que voy realizando preguntas y ejercicios que ellos resuelven de forma remota, en un tiempo determinado y posteriormente, lo resolvemos juntos, incluyendo sus dudas y consultas respectivas”.
Frente a la pregunta sobre cómo se han sentido los docentes llevando adelante sus clases virtuales, detalla que “personalmente no ha sido un impedimento para realizar la clase de manera satisfactoria, pues las plataformas virtuales poseen bastante ayuda para el profesor una vez que éste logra dominarla. Es posible tener una pizarra virtual, compartir pantalla tanto alumno como profesor, silenciar en caso de algún imprevisto en el hogar, etc”, enfatiza Hassan.
Rodrigo Geldes, director de la Escuela de Industria, es enfático en señalar que “creo que este sistema llegó a nuestra casa de estudios para quedarse y, de acuerdo al proyecto de ING2030, nos permitirá combinar metodologías presenciales con virtuales. La Universidad ha dado un gran salto con esto, pues siento que la palabra tecnológica al fin se está utilizando”.
Por otro lado, nos cuenta que “de acuerdo a lo que he podido recoger de algunos docentes, les ha llevado mucho tiempo en la preparación (de las clases online). Algunos han tenido que adquirir ciertos elementos, para poder hacer de mejor forma sus clases virtuales, como pizarras electrónicas, por ejemplo”, indica Geldes.
Pilar del Real, directora de la Escuela de Diseño, considera que las clases online son “una metodología que permite desarrollar bien los contenidos, pero que requiere una preparación en varios aspectos, como definir un modelo pedagógico acorde; desarrollar material de estudio para los estudiantes y utilización de herramientas apropiadas; capacitación y dominio de los entornos virtuales de aprendizaje por parte de los docentes; plataforma tecnológica y herramientas digitales disponibles para la interacción acorde y, finalmente, la articulación de las herramientas, materiales y actividades para permitir el conocimiento de los estudiantes”.
También realiza una diferenciación entre aquellos procesos, que han sido más fáciles de concretar y aquellos que no, tanto para docentes, como para estudiantes. En el primer punto, la directora destaca “el número de capacitaciones realizadas en las distintas plataformas disponibles, paralelamente en la Escuela y Facultad se ha asignado un equipo de profesores de apoyo a sus pares, que asisten y acompañan en el uso de las plataformas y la rápida habilitación de académicos en las plataformas virtuales”.
Las opiniones anteriores nos permiten conocer distintas visiones de un mismo suceso que, a nivel interno, nos ha movilizado a todos y todas, buscando la mejor forma de seguir con nuestra misión adelante.