Tesistas PIDi avanzan en sus investigaciones pese a escenario de Covid-19
Autor: Constanza Valdivia Rossel|
Natacha Barrías, estudiante de Ingeniería en Química, y Gloria Hurtado, estudiante de Química Industrial, son tesistas del área de Química Computacional, quienes comenzaron su trabajo en marzo de este año, en colaboración con el investigador del Programa Institucional de Fomento a la Investigación, Desarrollo e Innovación – PIDi, Diego Cortés.
Un trabajo experimental que ha tenido buenos resultados gracias a la Química Computacional, disciplina que se encarga de la utilización de diversos programas informáticos, con el fin de estudiar las propiedades de moléculas, resolviendo problemas químicos específicos.
La investigación de las estudiantes está asociada a un proyecto Fondecyt y se enfoca en la absorción de distintos tipos de contaminantes en materiales de fósforo. Así ellas simulan reacciones moleculares diseñando un sistema molecular, luego lo envían a un servidor externo ubicado en la UTEM, donde se genera el cálculo computacional con operaciones matemáticas. Posteriormente, desde sus casas extraen el informe de sus resultados para proceder con los análisis.
El investigador del PIDi Diego Cortés, señala que “la gracia de que las estudiantes trabajen en Química Computacional, es que ellas tienen acceso remoto al Sistema de Cómputo de la UTEM, un servidor externo donde están instalados todos los programas que se utilizan para que ellas desarrollen sus tesis, y que se encuentra ubicado en el Edificio de Ciencia y Tecnología (ECT)”.
Natacha Barría cuenta que utilizan distintos programas para modelar moléculas, en su caso la absorción de fosforeno a un contaminante. “Luego con estos resultados se calculan las energías de absorción de cada uno y logras saber cuál se absorbe mejor”, señala la estudiante de Ingeniería Química.
En relación a su estudio, Gloria Hurtado comenta que “éste trata del modelamiento de interacciones moleculares, estamos haciendo un sustrato de fosforeno, que se dopa con un metal de transición para captar arsénico, vemos los distintos solventes y la idea es generar un nuevo producto para descontaminar aguas con arsénicos”.
Respecto a la metodología de trabajo, el investigador Diego Cortés comenta que la forma más óptima de realizar el trabajo no es desde casa, por las limitaciones de equipamiento que esto implica, a lo cual se suma que las tesistas no cuentan con la ayuda inmediata de personas que tienen más experiencia como en un laboratorio físico. Sin embargo, estas deficiencias intentan remediarlas haciendo reuniones de grupo en línea, donde se discuten los resultados y avanzan ajustándose a la problemática actual, sin que ésta afecte su trabajo.
“Han tenido buenos resultados y han avanzado de manera sobresaliente con resultados concretos pese a las condiciones. He observado que han desarrollado la tesis con una relativa normalidad y con todo el esfuerzo ellas han podido avanzar en resultados importantes para sus tesis” indica Cortés.
Las reuniones semanales las realizan a través de Zoom o Teams, donde participan sus compañeros de grupo, investigadores postdoctorales y personal técnico profesional, quienes las han ayudado durante todo el proceso.
“La única desventaja es no estar físicamente en el laboratorio para resolver dudas inmediatas. Sin embargo, la comunicación ha sido directa y puedes estar horas haciendo preguntas a los ayudantes y resolviendo dudas”, cuenta Natacha.
En esta misma línea, Gloria comenta que lo que más le ha afectado es el no estar en el lugar físico y resolver las dudas de forma personal. No obstante, agrega que “me gustó el tema de descontaminación de aguas y me arriesgué, he ido aprendiendo y acudo a todo el equipo de trabajo, nos hemos ayudado bastante con Natacha”.
En este periodo, las tesistas continúan avanzando en el proceso de análisis de resultados. “Lo que se les viene, es alcanzar objetivos personales de acuerdo al trabajo que están realizando, primero deben terminar sus ramos pendientes, y lo que se viene muy fuerte es el análisis de sus resultados, con escritura y terminar”, señala el investigador Diego Cortés.