Satisfactorio balance de la nivelación académica a nuevo estudiantado 2022
Autor: Constanza Valdivia Rossel|
En su compromiso de entregar una formación integral, favorecer la progresión académica, evitar la deserción y contribuir a la titulación oportuna de las y los estudiantes, la Universidad Tecnológica Metropolitana ha desarrollado un proceso de nivelación en las áreas de Lenguaje, Matemática y TIC´s.
Esta nivelación académica tiene por objetivo reducir las brechas en las competencias académicas desde el ingreso a la Universidad, lo que deriva en la implementación, por parte de la Vicerrectoría Académica, de un sistema de nivelación obligatoria que se realiza las primeras semanas de formación y una nivelación específica que cubre todo el año académico, donde las/os alumnas/os con mayores dificultades, pueden aprestarse al ritmo y exigencia de la formación universitaria.
El coordinador del DESPE, Mario Luna Correa, nos indica que el balance es positivo, debido a que “Hemos hecho estudios que nos demuestran que el proceso de nivelación tiene incidencia. Los cursos de nivelación han demostrado que, indistintamente de las características de ingreso (puntaje PDT, pruebas de diagnóstico), el desempeño de los estudiantes puede llegar a ser muy adecuado…también hemos identificado que la nivelación como proceso también tiene un grado de incidencia en los desempeños finales de los estudiantes, porque las personas que realizan la nivelación, tienden a tener mejores tasas de aprobación que quienes no las realizan”.
Las aseveraciones anteriores, se pueden confirmar a través de varias cifras contenidas en una próxima publicación que realiza el DESPE, donde se analizó la progresión de la cohorte 2021. En dicho análisis, se puede observar que quienes participaron del proceso de nivelación, cuentan con una tasa de aprobación del 95,2%, superando en más de un 10% a aquellos que no participaron de ella.
“Con la nivelación se instala un proceso ambicioso y comparativamente inexistente en otras instituciones, porque no solamente realizamos una inducción de 15 días, sino que construimos una etapa anual con dos cursos regulares, incluso complementando la nivelación con cursos optativos en el tercer semestre para aquellos que viven dificultades académicas”, complementa Luna.
Otra gran noticia emanada del DESPE, es la reducción de las brechas académicas en las y los estudiantes, “debido a que, independiente de sus condiciones de ingreso y del nivel de sus capacidades académicas, la gran mayoría del estudiantado pudo alcanzar, en igualdad de condiciones, un nivel óptimo de rendimiento”, explica el coordinador del Despe.
Lo anterior es clave, debido a que la meta de la nivelación es precisamente reducir dichas brechas académicas.
Un proceso de mejora constante
A pesar de estos resultados positivos, el balance no estaría completo sin reconocer los desafíos y las oportunidades de mejora en el proceso de nivelación.
Con esto en mente, Mario Luna Correa nos indica que una de las conclusiones importantes del análisis, tiene relación con la importancia de realizar un seguimiento integral a la progresión de las alumnas/os, con el fin de solventar las necesidades de las y los jóvenes. Pero dentro de esta conclusión, se esconde uno de los grandes desafíos: la articulación de los diferentes acompañamientos que ofrece la Universidad, asegurando que la “Vicerrectoría Académica está poniendo en marcha sistemas que nos permitan articularnos y entregar un monitoreo integral”.
Asimismo, el coordinador hace hincapié en el desafío de poder identificar de mejor forma a las alumnas/os que necesiten realizar el proceso de nivelación, teniendo como objetivo que, “a partir de 2023 podamos clasificar e identificar a las y los alumnos que efectivamente no lo necesiten, con el fin de centrar los esfuerzos en aquellas personas con dificultades y entregar una mejor formación”.
Pero aún más importante para Luna, es “la contextualización del acompañamiento en función a las necesidades de los alumnos”, debido a que la nivelación está diseñada para los primeros ciclos de formación (I y II año), por lo que “necesitamos generar un escalamiento que nos permita monitorear a los y las estudiantes en los cursos superiores, siendo flexibles y encontrando maneras de acompañarlos hasta incluso en su formación de postgrado”.