Reporte de Caracterización permitió identificar necesidades de apoyo y nivelación de la cohorte 2022
Autor: Constanza Valdivia Rossel|
Con el objetivo de instalar una cultura de excelencia con foco en la calidad, la Vicerrectoría Académica informó a las unidades académicas sobre el perfil de las y los estudiantes que ingresaron este año a la UTEM mediante el “Reporte de Resultados de Caracterización – Cohorte 2022”, documento que describe las competencias de ingreso, identifica las brechas académicas y los riesgos iniciales.
Sustancialmente, el informe evidencia que hay una percepción positiva de las y los estudiantes en cuanto al manejo de las tecnologías de la información y la comunicación (TICs) y la autorregulación enfocada en hábitos de estudios. En este sentido, destaca que el 83,1% de las y los estudiantes utilizan medidas de seguridad para relacionarse en el espacio virtual y toma precauciones antes de compartir información personal en redes sociales o en la web; y el 52,9% tiene un rol activo y ético para la producción académica.
Sin embargo, el análisis arrojó que persisten las brechas de aprendizajes provenientes de la enseñanza escolar, especialmente en las áreas de lenguaje y matemática, infiriendo como consecuencia, el fragmentado proceso formativo ante los contextos de estallido social y pandemia, entre otros.
Ante este último aspecto, el coordinador del Departamento de Seguimiento a la Progresión de los Estudiantes (DESPE) UTEM, Mario Luna Correa, afirmó que “estas brechas académicas se transforman en obstaculizadores para que nuestras y nuestros estudiantes se desenvuelvan adecuadamente en sus carreras, retrasando la incorporación de nuevos aprendizajes o dificultando la transferencia de competencias, lo que complejiza el proceso para las y los estudiantes y un desafío pedagógico para las y los docentes”.
El profesional del DESPE explicó que esta caracterización estudiantil tiene múltiples propósitos. En primera instancia, constituye el primer insumo institucional para seguir la progresión académica de estudiantes de primer año. Como segundo objetivo, la posibilidad de identificar oportunamente el requerimiento de apoyos, que permita desplegar servicios y programas de apoyo que dispone la VRAC, tanto en lo académico como en lo psicosocial.
Además, un tercer objetivo está ligado a la posibilidad de alimentar el proceso de enseñanza-aprendizaje, ya que las y los académicos pueden revisar los informes, analizar detenidamente las competencias y resultados de aprendizajes y, en función de ello, tomar decisiones en la gestión de la instrucción académica.
Por ello, la directora General de Docencia, Diana Veneros Ruiz-Tagle, manifestó que “no todos tenemos los mismos talentos ni adolecemos de las mismas debilidades, por lo que conocer de antemano dónde están radicados y en qué ámbitos, representa el punto de partida para focalizar, tanto el proceso de nivelación como los procesos de apoyo académico y psicosocial que acompañan a los y las estudiantes a lo largo del ciclo de formación”.
Actualmente, la Vicerrectoría Académica está diseñando el Sistema Institucional de Seguimiento a la Progresión y Trayectoria de los Estudiantes, “el cual permitirá desplegar con mayor pertinencia y focalización los apoyos a las y los estudiantes. En este sentido, la labor que realiza el CEA, PAE y PACE son claves, pero el desafío también se amplía a las y los académicos y las escuelas”, expresó Luna Correa.
También, el reporte identificó que un 40% de la comunidad estudiantil de primer año tendría altas probabilidades de trabajar y estudiar para financiar su permanencia en la universidad. En otro aspecto, gran parte de las y los jóvenes escogieron estudiar en la UTEM por la malla curricular que ofrece la carrera escogida, seguido por el campo laboral al momento de egresar y las habilidades requeridas para cursar el pregrado.
Al respecto, el coordinador explicó que “estos datos nos ayudarán a diseñar y disponer de un sistema de alerta académica, que nos permita monitorear la progresión académica de las y los estudiantes en tiempo real y anticiparnos al apoyo que requiera cada uno y una de ellas; así como también definir la gestión de la progresión académica por parte de todos los actores educativos”.