Erich Quiroz Verdugo, jefe carrera Ingeniería Civil en Prevención de Riesgos y Medioambiente: «Nuestra disciplina es una necesidad país»
Autor: pedro berho|
Prevención, control, seguridad, gestión, tratamiento y tecnología son algunos de los aspectos fundamentales que Erich Quiroz Verdugo -Magíster en Ingeniería de Tratamiento de Emisiones- destaca del ejercicio profesional del ingeniero civil en Prevención de Riesgos y Medioambiente de la UTEM.
Para el académico de la Facultad de Ciencias de la Construcción y Ordenamiento Territorial, la contingencia medioambiental a nivel país y mundial -en que priman los desastres naturales y los efectos del cambio climático- han hecho reorientar la carrera, al mismo tiempo que demuestran la necesidad de desarrollar una cultura de prevención en Chile, la que comprender de mejor manera estos fenómenos naturales. El investigador, especialista en la línea de procesos industriales e impacto ambiental, comparte aquí sus reflexiones.
¿Qué áreas de desarrollo tiene actualmente la disciplina?
– La ingeniería civil en Prevención de Riesgos y Medioambiente tiene un campo laboral bastante extenso que abarca tanto el ámbito público como el privado. Los principales nichos de trabajo en el sector público, estás dados principalmente en los ministerios: de Medioambiente, Salud, y Vivienda y Urbanismo. En estos espacios, los profesionales de la prevención de riesgo identifican los riesgos laborales y ambientales, y los evalúan para establecer planes de prevención que eviten o disminuyan el impacto que ese riesgo puede ocasionar sobre las personas o sobre el medio.
En el ámbito privado, trabajan en todo tipo de industrias, como de construcción, química, petroquímica, metalúrgica, y minera, la cual es muy fuerte en Chile. Asimismo, se desempeñan en el sector comercial, como empresas del retail. En estos contextos, el Ingeniero Civil en Prevención de Riesgos y Medioambiente previene, controla, y tratar emisiones en cualquier proceso industrial o productivo, emisiones de tipo líquidas, atmosféricas o emisiones desde punto de vista de los residuos generados.
Otro ámbito emergente de desarrollo de nuestra profesión es la creación y aplicación de sistema de evaluación de impacto ambiental, el decir, elaborar o participar de la elaboración y estructuración de las declaraciones de impacto ambiental y también de los estudios de impacto ambiental, para ser presentados en el sistema de evaluación de impacto ambiental y sean aprobados para la construcción de una planta, por ejemplo.
¿Cuáles son los principales desafíos y oportunidades que tiene actualmente la disciplina?
– Originalmente esta disciplina tenía dos ámbitos de acción fuertes, que son el área ambiental, donde hay un potencial de desarrollo enorme, y en la prevención de riesgos, pero siempre acotada al ámbito laboral, es decir, a la salud de los trabajadores en su actividad rutinaria, y cómo prevenir y controlar riegos y enfermedades profesionales.
Sin embargo, debido a las necesidades a nivel país y mundial, la prevención de riesgos empezó a transformar su mirada hacia los riesgos naturales. Hoy el tema del cambio climático es muy fuerte y también los impactos que este genera, no solamente en los trabajadores, sino que en las comunidades y en toda la población, además de afectar a la industria también. Actualmente, nuestra disciplina ha migrado para abordar estos aspectos.
Entonces, es un desafío y al mismo tiempo una oportunidad de desarrollo muy grande, que tiene que ver con anticiparnos a los desastres naturales, que hoy en día son cada vez más frecuentes, en tema de gestión del riesgo de desastres, considerando los impactos en el medioambiente y en las personas.
¿Cómo la universidad y la carrera se han adaptado a este nuevo contexto?
– Como universidad y como Escuela de Prevención de Riesgos y Medioambiente, nos hemos dado cuenta de la necesidad de abordar estos nuevos aspectos o ámbitos y de las nuevas necesidades que están siendo demandadas a nivel global.
Para ir a satisfacer este nuevo desafío, la UTEM y nuestra carrera asumimos el compromiso de reformular los planes curriculares, para incluir estos nuevos tópicos. De esta manera, nos incorporamos al proyecto Ingeniería 2030, lo que a nuestra carrera le permitió rediseñar el plan curricular, e incorporar una nueva línea de desarrollo dentro que tiene relación con gestión de riesgos de desastres y cambio climático.
Por supuesto, aún debemos seguir avanzando en el ámbito del medioambiente, la gestión, el control y el tratamiento de emisiones, y que debemos mantener el tema de la prevención de riesgos laborales, porque eso es lo que exige la normativa.
¿Cuál es el sello distintivo de la carrera en la UTEM?
– En el plano nacional hay varios niveles de formación y lo que nos distingue de las demás instituciones es que la nuestra es la única carrera en este ámbito que tiene un nivel de ingeniería civil, todas las demás o son técnicas o son ingenierías, pero no son ingeniería civil. Esa diferencia no solamente está en el título personal, sino que también en las competencias y responsabilidades profesionales que se abordan dentro de una organización.
El nivel técnico, por ejemplo, realiza inspecciones, mantiene registros y prepara informes. Por su parte, a nivel de ingeniería, se implementan procesos, se preparan propuestas y se aplican actividades. El nivel nuestro del ingeniería civil se diseñan procesos de tratamiento y de seguridad, se dimensionan las tecnologías en proyectos de ingeniería y se desarrollan y aplican modelos matemáticos para, por ejemplo, estimación de emisiones.
Se trata, entonces, de niveles diferentes. Si bien están dentro de un mismo ámbito de acción, son capas diferentes de responsabilidad, competencias y remuneración. En este sentido, como carrera, nos hemos enfocado en potenciar y tributar justamente a esas competencias que únicamente maneja la ingeniería civil en el área.
¿Qué proyección hace de su disciplina en el contexto actual de nuestro país?
– Hay un tema importante y que generalmente se subestima, que es la predicción de ciertos fenómenos, es decir, la capacidad de anticipar un fenómeno. Teniendo datos actuales, ¿cómo podemos predecir lo que va a ocurrir para prepararnos adecuadamente y poder restablecer todo?
Como país, debemos siempre disponer de los recursos técnicos y económicos para que cuando ocurra un evento natural estemos preparados. Es lo que nos han demostrado las últimas lluvias y temporales en Chile, donde los daños en las comunidades, en los caminos y en la infraestructura demuestran que necesitamos desarrollar una cultura de prevención en todos los ámbitos del país.
A través de la prevención, se pueden evitar la generación de ciertos fenómenos y si eso no es posible, de una u otra forma disminuir sus efectos y -por lo tanto- aminorar las consecuencias del efecto. Esto significa menos daño a personas, menos territorio afectado, menos infraestructura afectada y menos recursos que hay que disponer después para volver esa situación a inicio cero. Entonces, tiene muchos beneficios el tema de la prevención y es algo que como país debemos fortalecer en todos los ámbitos.