Estudiantes de DIASMA UTEM presentan sus investigaciones en workshop anual
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Con el objetivo de visibilizar los proyectos de tesis en desarrollo de los estudiantes, se llevó a cabo el workshop “Frente a Frente con la Ciencia”, una instancia organizada por la Escuela de Postgrado, la Dirección de Vinculación Académica con el Medio y el programa de Doctorado en Informática Aplicada a Salud y Medio Ambiente (DIASMA) de la UTEM.
Raúl Arias, director del programa, explicó que esta es la segunda edición del workshop, tras su versión piloto realizada en 2024. “La idea es instaurarlo como una actividad anual, en esta misma fecha, donde los y las estudiantes que cursan su tercer semestre presenten sus proyectos frente a un público no especializado, como ejercicio previo a su defensa técnica ante la comisión evaluadora”, señaló .
Durante la jornada, siete estudiantes del doctorado presentaron sus propuestas de investigación, abordando problemáticas de alto impacto científico y tecnológico enmarcadas en las líneas de investigación del doctorado. “Los proyectos deben buscar comprender, abordar o resolver un problema relacionado con la salud o el medio ambiente, desde el enfoque de cada disciplina”, agregó Arias.

A diferencia del año anterior, cuando predominó la biología computacional, esta edición tuvo una fuerte presencia de trabajos vinculados a la química computacional.
Los estudiantes Juan Cantos, Lenin Ruiz, Felipe Espinosa, Fausto Cabezas, Ian Poveda, Pablo Leiva y Osvaldo Delgado expusieron sus investigaciones de manera presencial frente a docentes y compañeros, mientras que las y los estudiantes de primer año del programa participaron presentando sus pósters científicos.
Ian Poveda, ingeniero civil informático, habló de su investigación que apunta a optimizar sistemas de comunicación en ciudades inteligentes. Su propuesta busca reducir la sobrecarga de datos mediante el envío de solo la información necesaria y en el momento preciso, lo que tiene aplicaciones en alumbrado público, control de tráfico, monitoreo agrícola y climático, entre otros.
Ian comenzó a investigar sobre el riego inteligente desde pregrado, para después comenzar a escalar esa idea hacia algo más amplio y técnico, como los gemelos digitales (representaciones virtuales de sistemas reales). Luego, explica el estudiante, lo reajustó hacia lo que llama comunicación orientada a objetivos: transmitir sólo lo esencial para cumplir una tarea, optimizando así el uso de recursos y mejorando la eficiencia operativa.

Otro de los estudiantes, el químico Lenin Ruiz Dávila, presentó su investigación sobre la predicción de sitios alostéricos con interés farmacológico. Su trabajo se centra en identificar regiones específicas de una proteína donde ciertos fármacos pueden actuar para inhibir funciones clave. En su caso, la proteína en estudio está relacionada con la malaria, lo que abre posibilidades para nuevos tratamientos más efectivos.
“La idea es identificar lugares en una proteína que permitan bloquear su acción mediante ciertos fármacos. En este caso, trabajamos con una proteína clave en el desarrollo de la malaria”, explicó Lenin.
Junto a él, otros estudiantes del programa expusieron sus proyectos de investigación, abordando temáticas como el uso de inteligencia artificial para diagnóstico cardíaco, el diseño optimizado de péptidos antimicrobianos, y el monitoreo inteligente de incendios forestales, entre otros desafíos de alto impacto en salud y medioambiente.
Instancia significativa
Los y las estudiantes participantes valoraron positivamente la instancia de divulgación científica, destacando la importancia de exponer sus investigaciones ante públicos diversos. Para Ian Poveda, esta experiencia fue especialmente significativa: “Es invaluable. Personas que no están inmersas en mi área pueden ofrecer otra perspectiva, identificar fallos o aspectos que uno no ve desde adentro. Esa visión externa es muy enriquecedora”.

En la misma línea, Lenin Ruiz destacó el aporte comunicacional del espacio: “Nos permite transmitir nuestras ideas de manera más accesible, para que personas que no son expertas también puedan comprender el impacto de lo que investigamos”.
Sobre su experiencia en el programa, Lenin agregó que “ha sido complejo, como todo a este nivel. Pero al mismo tiempo ha sido muy enriquecedor. Somos un grupo diverso y multidisciplinario. Aunque yo soy químico, tengo compañeros que son matemáticos, ingenieros o biotecnólogos. Eso permite que cada uno aborde los problemas desde miradas distintas, y eso es muy valioso”.