Elvira Valenzuela: “el actual Gobierno de Maduro no tiene cómo estabilizarse”
Autor: Christian Luco|
Al margen de la discusión sobre si la reelección de Nicolás Maduro como Presidente de Venezuela es válida o no, hay algo que no está en cuestionamiento y eso es que la economía venezolana está pasando por un periodo oscuro, es por ello que el Presidente prometió aumentar la producción petrolera, entre otras medidas.
Años atrás cuando se hablaba de Venezuela se pensaba en un país con una alta calidad de vida y una economía pujante en Sudamérica, pues contaba con el llamado “oro negro”. El petróleo significaba para los venezolanos mantener una situación económica de estabilidad y un comercio internacional activo, pero desde hace algunos años esta situación cambió drásticamente.
El reelecto Presidente, Nicolás Maduro, asume la crisis y previo a los resultados electorales decía “con la victoria electoral del 20 de mayo les construiré la paz económica, la prosperidad económica y superaremos todos los problemas económicos de Venezuela. Me comprometo con mi alma, con mi vida, con mi ser, me comprometo ante ustedes”, una frase que sin duda todos sus compatriotas esperan que cumpla, pero que dadas las condiciones actuales, se hace lejano pensar en una pronta solución.
La Directora de la Escuela de Comercio Internacional de la Universidad Tecnológica Metropolitana, Elvira Valenzuela Vilá señala que Venezuela, con una población de 30,6 millones, “tiene una tasa de inflación de 13.865% este año, la más alta del mundo. La variación del Producto Interno Bruto (PIB) es -15% el 2018, de acuerdo al Fondo Monetario Internacional (FMI)”.
Este hecho ha aumentado la pobreza que en 2014 era de 48,4% de los hogares y en 2017 alcanza un 87%, mientras que el salario mínimo se ha desplomado a tres dólares y 60 centavos, por mes, lo que según la académica UTEM lleva a que “cada vez más venezolanos sobrevivan con los dólares que les envían sus parientes de Miami, Colombia o Panamá”.
Para Valenzuela las causas de la crisis económica son principalmente tres, “la caída del petróleo, ya que la economía de Venezuela depende mucho de éste y mientras los precios del crudo mantengan mínimos históricos, el país continuará con problemas para crecer; una moneda que vale menos que un centavo de dólares; y una crisis alimentaria importante”.
Las cifras que actualmente tiene Venezuela no parecen alentadoras, pues las reservas internacionales eran de US$9924 millones a fines de abril del 2018 y la deuda externas es de US$150.000.000 millones; el déficit fiscal fue de 21,2% del PIB en 2017; y el ranking de percepción de la corrupción -realizado por Transparencia Internacional- ubica a Venezuela en el lugar 169 (siendo Somalía el 180 y uno de los países más corruptos del mundo).
Pese a que la situación en el país vecino se ve y proyecta de forma más bien negativa, este es un cambio que se observa no solo desde 2013, momento en que Maduro asumió la Presidencia, pues en 1999, cuando Hugo Chávez asumió el cargo, “el país tenía una economía en recesión y elevada a inflación, marcado por la crisis rusa y el desplome en el precio de los hidrocarburos. Sin embargo, un leve cambio en la economía mundial empujó la economía de Venezuela a una rápida recuperación, de hecho el PIB del país creció 17% en 2004, siendo clave el aumento que registró el precio del petróleo a partir del 2003 y que permitieron que las exportaciones alcanzaran 90.000 millones de dólares en 2011”, explica la académica UTEM Elvira Valenzuela.
Con este panorama, Chávez pudo financiar un aumento del gasto público que pasó de representar 29% del PIB a 42% en 2012, pero hacia abril de 2013, momento en que inicia su mandato Nicolás Maduro, el crecimiento del PIB era 5,6%, sin embargo, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) realizó un cambio drástico, pues cuando en 2013 la producción diaria era de 2,4 millones de barriles, actualmente solo alcanza el 1,4 millones de barriles.
Valenzuela, señala que “la caída en la producción petrolera es un reflejo de la sombría situación financiera del país, que ha provocado apagones e incluso ha dejado sin luz a las instalaciones petroleras, y debido a la enorme importancia del petróleo para la economía de Venezuela -96% de sus exportaciones- estas bajas amenazan con agravar una situación desesperada, donde la grave escasez de alimentos ha dado lugar a oleada de saqueos”.
La académica apunta a que las principales causas de esta caída son “la falta de inversión, cortes de energía, costos muy elevados, empresas con dificultades para operar y escasez de efectivo”. Por su parte, la OPEP observa la situación con atención para evaluar si la pérdida de suministro del país miembro amerita tomar medidas.
Todas estas situaciones y el hecho de que el país no ha podido fomentar otra industria, llevaron a que la inflación en 2012 fuera de 200,1%, mientras que la predicción para el 2018 es de 13.865%. En tanto las reservas en 2012 eran de 29.890 millones de dólares de acuerdo al Banco Central y en 2018 fue de 9.923 millones de dólares.
A nivel internacional, la Declaración de Lima expresó la decisión de los países de no reconocer a la Asamblea Constituyente de Venezuela ni a los actos que emanen de ella por su carácter ilegítimo. Además, la Declaración expresa su respaldo y solidaridad a la Asamblea Nacional de Venezuela. Por otra parte, en 2017 la Comisión de Venecia del Consejo de Europa y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos se pronunciaron sobre la invalidez de los actos llevados a cabo por la Asamblea Constituyente de Venezuela, por ser “una alteración del orden constitucional de ese país”.
Las autoridades del FMI han expresado que esta es una de las “principales crisis que hemos visto en la historia de la economía moderna”. Para la académica UTEM esta afirmación es válida ya que existe una “hiperinflación, recurrente escasez de productos básicos y el desplome de la economía, porque el FMI proyecta una inflación de 13.000%”.
Valenzuela señala que “por el momento, se puede señalar que el régimen de Maduro no está tomando ningún tipo de medidas que ayuden a frenar la velocidad con que están aumentando los precios del consumidor. Por el contrario, lo que ha hecho en los últimos cinco años ha sido tomar medidas que han empeorado las condiciones económicas, siendo acusado por economistas independientes de seguir los pasos tomados en la década pasada por Zimbabue, que llevaron a este país africano a sufrir la segunda más alta tasa de inflación en la historia de la humanidad”.
Para entender esta crisis también es necesario ver los precios que se están manejando en Venezuela, por ejemplo, un kilo de carne cuesta 340.000 bolívares ($11.900), mientras el salario mínimo es 600.000 bolívares ($21.000). Esta situación ha llevado a que se produzca un mercado negro del dólar en el que se paga a 100.000 bolívares, pues en el oficial hay sequía permanente de divisas.
La académica UTEM explica que “el alza del dólar negro está directamente relacionada con la inyección de bolívares que el Gobierno realizó para cubrir la campaña de Asamblea Nacional Constituyente, y los grandes pagos en bolívares a contratistas que buscan cambiarlos a dólares. Además, los ciudadanos viendo el incierto panorama político del país, desean cambiar su patrimonio a dólares americanos”.
Valenzuela asegura que “el alza en los precios de dólar paralelo genera presión en término de los precios de las cosas, empobrece más a la gente, genera más descontento y alimenta la situación de conflictividad y crisis sociopolítica que atraviesa Venezuela, razón por la que el actual Gobierno de Maduro no tiene cómo estabilizarse, no tiene carisma, no tiene dinero para redistribuir y ha tenido que recurrir a la represión y al apoyo de las Fuerzas Armadas”.
Como reacción a la devaluación de su moneda nacional, el Gobierno lanzó la criptomoneda, llamada “petro”, con la intención de que sea una fuente de financiación en un momento en que los ingresos del país han disminuido. Para la académica de la UTEM, esta “es una medida desesperada de un régimen que cada vez está más aislado y que tiene una economía que está en una severa crisis económica. En definitiva, es una fantasía en términos de que sea un salvavidas económico”.
Por Carolina Vásquez C.
Contundente y muy prudente a la vez, sin duda una de las grandes academicas de nuestra Casa de Estudios, Doctora Elvira Valenzuela.
Saludos cordiales
Jorge Garroz