«Veía como algo casi imposible obtener una beca para estudiar en el extranjero»
Autor: Christian Luco|
«Este es mi momento, mi oportunidad y mi logro», dice Natalya Robles Tamayo (22), estudiante de quinto año de Ingeniería en Comercio Internacional de la UTEM, quien recibió la Beca Iberoamericana del Banco Santander 2018, junto a otros cuatro alumnos y alumnas de nuestra Casa de Estudios.
Gracias a este reconocimiento, en enero de 2019 viajará a estudiar una pasantía de seis meses a España, donde tendrá la oportunidad no sólo de profundizar en los conocimientos de las materias propias de su carrera académica, sino que, además, tendrá la experiencia de vivir en un país europeo y viajar a otros lugares del continente, con todo el enriquecimiento personal que ello significa.
«Me hace muy feliz imaginar que me adentraré en una nueva vivencia, llena de emoción, de conocimiento, cultura y, sobre todo, de aprendizaje. Por eso responderé con mucho orgullo y responsabilidad», enfatiza la joven.
«Enfrenté mis temores»
No fue un desafío menor para Natalya decidirse a postular a la Beca Iberoamericana Santander. Cuenta que, al recibir el correo institucional con la convocatoria a participar en dicho proceso, la invadieron sentimientos de «pesimismo» e «inseguridad», y veía como algo casi imposible obtener una beca para estudiar en el extranjero».
Varios pensamientos negativos se cruzaron por su mente. Entre otros, que habría otros estudiantes de la UTEM con mejores opciones, y que tenía pocas probabilidades de lograrlo. También le preocupaba no poder responder a la exigencia de las universidades españolas a las que aspiraba a entrar.
Sin embargo, la joven cuenta que: «Enfrenté mis temores, y resolví que intentaría dar este gran salto en mi vida. Fue un momento en que quise creer en mi misma y tener el valor para emprender esta experiencia».
Su familia, fuente de inspiración y apoyo
Natalya es la hija menor del matrimonio formado por Samuel Robles y Elena Tamayo. Ha sido muy cercana a ellos, por lo que le costaba imaginarse que podía alejarse temporalmente de su hogar, en Maipú.
También pensaba en que no sería fácil para su madre la idea de verla tomar un avión con destino a Europa. En su rol como dueña de casa se ha dedicado a tiempo completo al cuidado de sus tres hijas y reconoce «ser muy aprensiva con los temas relacionados a su bienestar y seguridad».
Natalya relata, no obstante, que al obtener la beca «sólo recibí palabras de comprensión y apoyo por parte de mi familia». Al respecto, Elena Tamayo refrenda lo que dice su hija, destacando lo orgullosos que están con la perseverancia y esfuerzo que ha mostrado como estudiante universitaria.
Samuel Robles, en tanto, expresa que esta cualidad de Natalya se explica, en gran parte, porque «somos personas que han surgido del esfuerzo y ha fomentado el sentido de la responsabilidad». De hecho, él ha sido un ejemplo de superación para sus hijos. Con estudios técnicos, comenzó a trabajar hace 32 años como obrero autodidacta en una empresa de fabricación de equipos eléctricos, donde en la actualidad, y después de cursar estudios por su propia iniciativa, se desempeña como Supervisor de Control de Calidad y Producción de la compañía.
Durante la ceremonia de premiación, efectuada el miércoles 18 de julio, Natalya agradeció a su madre y padre, tanto por los valores que le inculcaron desde pequeña, como el respaldo que le han otorgado siempre, sin lo cual, en sus propias palabras, «nada de esto sería posible».
La joven de 22 años concluyó su intervención en el encuentro, citando las palabras que la motivan a cumplir sus sueños: «Buenas cosas vienen para aquellos que creen, cosas mejores vienen para aquellos que son pacientes, pero las cosas extraordinarias vienen para aquellos que no se rinden».
Autor: Dirección de Asuntos Nacionales e Internacionales.