Especialista en violencia de género se refiere al acoso y la importancia de construir relaciones respetuosas para generar comunidad
Autor: Christian Luco|
Con estas palabras, la académica del Departamento de Trabajo Social de la Universidad Tecnológica Metropolitana, Sonia Romero Pérez, comenzó a explicarnos a qué nos referimos cuando hablamos de acoso. Según nos contó la especialista en violencia de género, este se puede dividir desde el ámbito universitario, en dos tipos , acoso estudiantil y acoso sexual, este último se relaciona directamente con la sexualidad y el sexo.
En el compromiso de la Universidad por generar un ambiente de convivencia sano, y respondiendo al actual escenario nacional y mundial frente a estos temas, se está trabajando en el Instructivo de Denuncia de Acoso Estudiantil y Sexual de la Casa de Estudios, que se incluirá en el Reglamento de Disciplina Estudiantil de la UTEM.
Cómo enfrentar el acoso, de qué manera se previene la violencia y qué medidas se están tomando desde la Universidad para resolver estas situaciones, se especifican en la siguiente entrevista.
¿Cómo podríamos identificar el acoso estudiantil?
Cuando hablamos del acoso estudiantil, en general estamos pensando en todas las formas de violencia, de corte básicamente psicológico, y en algunos casos de violencia física, pero el acoso está puesto en aquello que no deja huellas físicas tangibles, pero que perturba al que es acosado. Estamos pensando en todas aquellas situaciones donde alguien que tiene una autoridad por sobre un otro, lo incita a algo que ese otro no quiere hacer con el fin de socavarte, por ejemplo, te empieza a exigir más que al resto, te ridiculiza delante de los otros, es mucho más severo contigo que con los demás.
¿Cómo se integra el tema del acoso para generar una construcción de comunidad respetuosa?
Los estudiantes visibilizan desde la demanda de ellos sólo el acoso sexual, porque lo ponen en razón de género desde las lógicas de las chicas que son acosadas, pero conversando, me parece que el tema de género no sólo tiene que ver con mujeres, sino con todos aquellos que están en una posición de desigualdad frente a quien domina. Por ejemplo, si bien es cierto que hay muchos hombres que están en la posición de hegemonía, también los hay quienes están en la posición del más débil, en una posición de menoscabo y silencio.
La idea es poder abrir el tema de género a la diversidad que ello implica, a las minorías sexuales, y a quienes presentan una masculinidad distinta a la hegemónica, es importante distinguir que cuando pensamos en género estamos pensando en todos ellos. Pensarlo desde las mujeres, es razonable, ya que gracias a ese levantamiento hoy podemos hablar de estos temas, pero en particular, como académica e investigadora, me parece que tenemos que abrirnos también a esos otros espacios, porque situaciones como el manoseo en el metro, el punteo en la micro, son una forma de acoso que pueden vivir hombres y mujeres.
Desde la prevención y la proyección de cambio, ¿tenemos la posibilidad de generar un escenario diferente?
Hoy tenemos una oportunidad de cambiar la realidad. La prevención y la promoción permiten el ejercicio y el establecimiento de relaciones saludables. Esto tiene que ver con normas de convivencia. Si uno no entra a desnaturalizar lo naturalizado, los chiquillos van a seguir con las mismas dinámicas, las van a repetir. Queremos propender a generar dinámicas respetuosas entre todos los que convivimos. Se trata de construir comunidad desde una sana convivencia.
¿Qué acciones están desarrollando desde Trabajo Social que apuntan a enfrentar las dinámicas de violencia?
En la lógica de la violencia, la Escuela ha generado un electivo de formación, denominado Violencia Intrafamiliar, y desde el Centro de Familia y Comunidad (Cefacom), a través de la línea de estudiantes en práctica, existe un grupo de estudiantes capacitadas que se encuentran realizando un trabajo de capacitación fuera de la Casa de Estudios, en todo lo que tiene que ver con violencia en el pololeo.
A propósito de las mismas necesidades que los estudiantes han demandado, nos han invitado a participar impulsando la temática de género y equidad en el espacio universitario. Para esto, estamos trabajando con la Dirección Jurídica de la UTEM el Instructivo de Denuncia de Acoso Estudiantil y Sexual, y en un segundo momento, con todas las otras acciones que se requieren desarrollar para generar un espacio de apoyo desde la prevención y promoción de relaciones saludables, equitativas y justas, visibilizándolo desde la lógica del género.
¿En qué consistirá el Instructivo de Denuncia de Acoso Estudiantil y Sexual?
Estamos velando porque el instructivo estudiantil pueda dar respuesta a las inquietudes de los estudiantes. Hemos definido al tipo de profesional que tiene que estar revisando y trabajando en esta línea, que debiera ser un profesional de las ciencias sociales; cómo se acoge la denuncia realizada por los estudiantes; cuánto tiempo debe demorar el demandante para acoger u orientarlo respecto a la denuncia. También considera si la denuncia, dependiendo de sus características, es interna o externa, para poder generar acciones concretas y reales en quienes han provocado el acoso, independiente sean profesionales, académicos, funcionarios o estudiantes.
¿Cuál es su reflexión final en esta entrevista respecto al acoso y la violencia?
En Chile, en el marco de las relaciones humanas, el tema de la violencia sólo está tipificado como violencia intrafamiliar, que es en relación al parentesco, y en algunos elementos de lo laboral, nada más, no hay sanciones penales para todo lo que no es parte de esa descripción. Es importante visibilizar estos contenidos para ir normándolos. En Latinoamérica somos uno de los países que estamos más atrasados en las sanciones o cuerpos legales respecto de violencia y violencia en razón de género. Debemos educar en función del contenido para evitar tener que llegar a sanciones penales de todo esto. Las personas se tienen que reeducar, porque el mundo cambió.