Natalya Robles, estudiante de Ingeniería en Comercio Internacional: “Siento que volveré a Chile siendo otra persona”
Autor: Christian Luco|
Tras obtener la Beca Iberoamericana Santander 2018, la joven viajó a España, para integrarse como alumna de intercambio en la prestigiosa Institución de Educación Superior, ubicada en la ciudad de Castellón de la Plana, Provincia de Valencia. También relata lo que ha significado esta valiosa experiencia en una dimensión más personal.
Natalya cursa dos asignaturas que -dice- consideró primordiales para su formación profesional: Globalización y Migraciones, y Organización y Administración de Empresas.
¿Cómo ha sido tu experiencia como alumna en una Casa de Estudios con el nivel de exigencia académica de la Universitat Jaume I?
En cuanto al nivel académico, no existen muchas diferencias con Chile. Considero que aquí es un poco más la exigencia, aunque, quizás, esa impresión tiene que ver más con la responsabilidad que uno siente como estudiante de intercambio, ya que, técnicamente, estamos representando a nuestra universidad.
¿Cuáles han sido tus desafíos en este aspecto?
Me he sentido muy segura en clases, dado que las materias que estoy estudiando son similares a las que rendí en la UTEM. En este sentido, ha sido una profundización y un repaso intensivo de mis conocimientos, algo que era totalmente necesario.
Un pequeño desafío que he vivido es que, a pesar de hablar el mismo idioma, en la sala de clases, muchas veces, no entendía los modismos o las palabras que utilizaban los profesores. Pero con el tiempo y la práctica lo fui superando. En definitiva, mi experiencia ha sido increíble. No me arrepiento de haberme atrevido a dar el paso de postular a esta beca de estudios.
¿Qué te resultó más sorprendente, cuando llegaste a la Universitat Jaume I?
Lo que me llamo más la atención fue que estábamos en España y absolutamente todos hablaban inglés, ya fuesen estudiantes de Italia, Francia, Corea o Grecia. El idioma universal para todos aquí es el inglés, lo cual es un gran beneficio para uno, ya que se va aprendiendo, practicando y puedes comunicarte en otro idioma que no sea tu lengua natal.
En un plano más personal, ¿cómo ha sido tu proceso de adaptación a un nuevo país?
Los primeros días fueron extraños. Sentía temor porque debía adaptarme a algo totalmente nuevo, como gente que hablaba distintos idiomas. Debía salir de mi zona de “comodidad”. Pero, la verdad es que no fue difícil. Todos los estudiantes extranjeros estamos en la misma situación, por tanto, todos llegamos abiertos a conocernos y a hacer amistades, a vivir todo lo que significa un intercambio.
Siento un crecimiento increíble. Pensé que este viaje sería un poco más doloroso por la soledad, pero la verdad es que en estos 4 meses jamás me he sentido sola. He hecho unas amistades maravillosas. También he viajado como nunca pensé.
¿Cómo ha sido permanecer tanto tiempo lejos de tu familia?
Con mi familia hablo casi todos los días. Al comienzo era más fácil, porque sólo teníamos 4 horas de diferencia. Actualmente tenemos 6. No obstante, aun tratamos de hablar, sí o sí, todos los días, mediante vídeo llamadas o mensajes.
¿Qué dicen ellos acerca de tu viaje?
Mi madre es la más feliz, porque al final es un sueño cumplido: viajar, conocer, estudiar lejos y ser más independiente. Todo ha sido un beneficio para mí y con eso mi familia está tranquila y brindándome siempre el apoyo necesario
A partir de tu experiencia, ¿qué podrías decirle a otros y otras estudiantes de la UTEM que están pensando estudiar fuera de Chile?
Que se motiven, que se atrevan y que crean en ellos mismos, en sus capacidades y en sus virtudes. No se arrepentirán. Se encontrarán con excelentes seres humanos y, lo más importante, serán felices y volverán a Chile siendo otras personas. Yo siento que volveré a Chile siendo otra persona.”