PACE UTEM retoma su trabajo presencial en liceos de la RM
Autor: Constanza Valdivia Rossel|
A un año y medio de iniciadas las cuarentenas a lo largo del país y, por supuesto, también en nuestra universidad, diversos programas han ido retomando la presencialidad de forma gradual, siguiendo todas las medidas sanitarias y, sobre todo, con el fuerte compromiso de cada profesional que lleva adelante el trabajo en diversas unidades de nuestra institución.
Uno de los programas que ha ido retomando su trabajo en terreno es el PACE UTEM, unidad que también debió acomodarse rápidamente a los desafíos impuestos por la pandemia. “Nadie sabía qué hacer, pues el sistema educacional chileno no estaba preparado para las clases remotas, un ejemplo es que en los liceos PACE UTEM no todos cuentan con conexión a internet o salas de computación, por lo que nuestros estudiantes están muy alejados del uso de tecnologías, además al ser establecimientos de alta vulnerabilidad, se ve el espacio educativo como un agente protector en todo sentido, que al no encontrarse de manera presencial se difumina o se pierde”, nos cuenta Karina Castañeda Zúñiga, coordinadora PEM PACE UTEM.
Quien agrega que el “trabajo remoto con los establecimientos educacionales fue un desafío, tanto para nosotros como para las comunidades de los 21 liceos acompañados, pues no sólo se tuvieron que aplicar nuevas maneras de desarrollar clases y talleres y mantener la atención de los y las estudiantes, sino que se rompieron los paradigmas de la educación formal que, históricamente, se han basado en un modelo presencial, donde las jerarquías se marcan desde lo visual, pensemos en el profesor de pie frente a un grupo de jóvenes sentados mirándolo a él, sin mayores distracciones”.
Ante esto, el PACE fue replanteándose cada acción que anteriormente desarrollaba de forma presencial, a fin de llegar a cada uno/a de sus estudiantes, sin que éstos/as dejaran de sentirlos cercanos y manteniendo siempre a la vista los objetivos del programa. Para ello fue vital, además, el apoyo de cada uno/a de los/as profesionales de la unidad, quienes siempre “demostraron una gran capacidad de adaptación y disposición para indagar en el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs), además de la construcción de material audiovisual”, enfatiza la coordinadora del PACE.
Además, las RRSS fueron un gran aliado para el programa, pues les permitieron mantener contacto con sus casi tres mil seguidores; se abrieron espacios de comunicación directa, como las tutorías vocacionales, donde el estudiantado obtuvo un acompañamiento personalizado, a fin de fortalecer o crear nuevos vínculos. También se retomaron actividades virtuales como los conversatorios, talleres, encuentros y reuniones y se crearon nuevas estrategias para diversificar los medios informativos y de difusión, como lives de Instagram, boletín de noticias, cápsulas informativas y tutoriales.
El retorno a la presencialidad, era un momento muy esperado por el PACE y en cuanto la normativa sanitaria lo permitió, “comenzamos a planificar acciones dentro de los establecimientos que lo requirieron, con mucho entusiasmo por volver a las aulas y mantener ese contacto más cercano con las comunidades, así que volver a lo presencial ha sido una grata experiencia para reconocerse y reencontrarse con los liceos y de ellos con nosotros. Se volvió a la esencia del programa, el trabajo en terreno, al trabajo conjunto con los y las docentes de los establecimientos. Sumando este proceso virtual como fuente de nuevas herramientas y maneras de plantearnos nuestro trabajo futuro”, nos explica Karina Castañeda.
La primera acción que retomó el PACE con los establecimientos de la RM, fueron los talleres con estudiantes de tercero y cuarto medio. “Esto fue muy favorable para reforzar el programa con los y las estudiantes y darles apoyo en el cumplimiento de sus metas futuras. También se han realizado acciones de difusión y talleres con estudiantes de primero y segundo medio y esperamos, próximamente, participar en las licenciaturas de fin de año, de reuniones de evaluación con equipos directivos y del proceso de postulación a la educación superior, ya de manera presencial. Mientras que el 2022 esperamos retomar todas las acciones presenciales, sin dejar de lado las acciones virtuales, que han sido muy exitosas y que vienen a diversificar las formas de aprender, de investigar y de informarse”, continúa la coordinadora PEM PACE UTEM.
En resumen, este retorno ha sido “bastante beneficioso, ya que la interacción en la sala presencial es mucho más enriquecedora que la virtual. Podemos ver las expresiones de los estudiantes y profesores, y entablar conversaciones mucho más fluidas y cercanas. Eso siempre fortalece los procesos de aprendizaje y vínculo que buscamos generar con nuestras comunidades educativas. Para quienes han tenido la oportunidad de regresar a lo presencial es una instancia que te llena de energía para seguir trabajando para y por los y las estudiantes”, señala Castañeda.
Quien agrega que, “en general, hay protocolos sanitarios que cumplir y que hacen el retorno bastante diferente al trabajo que se venía haciendo antes de pandemia, pero también con muy buena acogida al programa, ya que al menos las comunidades a las que hemos asistido, habían solicitado nuestra presencia en sus espacios, por lo que nos esperaban con ansias. Esto ha implicado que los y las estudiantes, en general, participen más y de mejor manera en nuestras dinámicas y actividades, por lo que creemos que para los y las jóvenes es muy importante el contacto directo con nosotros. Asimismo, hemos planteado nuestra flexibilidad en la planificación y ejecución de las acciones, al igual que los establecimientos, siempre atendiendo a las necesidades de las comunidades educativas”.
Finalmente, al cerrar y haciendo un balance de todo este proceso, la coordinadora del PEM PACE, señala que “aunque la educación siempre es un desafío, este panorama rompió con nuestros esquemas y conseguimos desarrollar una nueva manera de dar cumplimiento a nuestros objetivos”.