Tutorías psicosociales UTEM: Oportunidad para crecer personal y profesionalmente
Autor: web|
Entre los años 2020 y 2022 Vahitiare Coliqueo, estudiante de la Ingeniería en Gestión Turística, ha sido tutora del PAE, con la intención de compartir herramientas a estudiantes que se habían incorporado recién a la carrera, considerando que no todas las personas desarrollan de la misma forma sus capacidades para enfrentar la vida universitaria.
“Ha sido una experiencia muy gratificante, ya que además de colaborar uno también se capacita en talleres y temáticas relacionadas como inclusión, técnicas de estudios, ansiedades y frustraciones, todo muy relevante en estos tiempos para abordar nuestros asuntos personales y académicos”, comenta Coliqueo.
Así como Coliqueo, cada año desde 2016 jóvenes de tercero, cuarto y quinto año de las carreras son invitadas e invitados por el Plan de Apoyo Estudiantil de la UTEM (PAE) para participar como tutoras y tutores de alumnas y alumnos de primer año – la mayoría catalogados como prioritarios o de quienes solicitan el acompañamiento por cuenta propia- para contribuir en su adaptación y persistencia, con la tarea de colaborar en un positivo desempeño a nivel académico.
La iniciativa del PAE, que se realiza de manera conjunta al Programa de Acompañamiento a la Educación Superior PACE, funciona –en rigor- hace una década. Pasa de tener un equipo fijo de tutoras y tutores a integrar en 2016 estudiantes de diferentes facultades de la universidad, quienes se postulan entre diciembre y enero.
Al pasar la primera selección, que no es definitiva, reciben una inducción al programa en la Escuela de Tutores durante la primera semana de marzo, oportunidad en que forman parte de talleres que tratan aspectos como Comunicación para la Vinculación y la Convivencia Positiva, Diversidad e Inclusión, Autorregulación para el Aprendizaje, entre otros, para luego pasar a un segundo filtro en el que se escogen a las alumnas y a los alumnos que –finalmente- se hacen cargo de la tarea.
«Ni los más mateos ni los más sociables»
Para Ivania Riquelme, ingeniera civil industrial y tutora de alumnos de esta carrera en 2015, 2016 y 2017, la experiencia ha sido una de las mejores durante sus años de estudio. “Lo mejor es ver a jóvenes con quienes trabajé ya titulados, con buenas ubicaciones laborales e incluso que -al terminar el año- te dan las gracias por el apoyo que les entregaste y todo lo que los ayudaste. Eso, sin dudas, deja un granito de felicidad y orgullo siempre”.
Independiente de si son o no elegidas o elegidos para convertirse en tutoras o tutores, desde PAE explican que el paso por la Escuela de Tutores les da a las y los estudiantes un plus a la hora de postular a trabajos. En el caso de Sergio Abarca, titulado de Civil en Computación y quien ha sido tutor en 2016 y 2017, destaca el haber querido hacer esta labor para aprender y aplicar el manejo de habilidades blandas -algo muy valorado por las organizaciones- interactuando y generando lazos con personas que no conocía, ya que eran de primer año. Con ayuda de las capacitaciones del PAE, entonces, Abarca explica que “uno adquiere este conocimiento y lo pude aplicar, lo que me ayudó mucho y ahora lo desarrollo en el mundo laboral”.
Quienes son -finalmente- escogidas y escogidos, pasan a hacer labores de tutores o tutoras psicosociales durante un año en coordinación con el PAE. Se busca que ellas y ellos también alcancen un buen rendimiento académico, aunque no necesariamente sea un tema excluyente, ya que son bien recibidas aquellas alumnas y alumnos que se esfuerzan, aunque hayan reprobado un ramo, porque pueden ser un ejemplo de superación.
“Efectivamente, no es necesario ser el más mateo ni el más sociable ni el más desordenado, solo se tienen que tener ganas de ayudar a otros”, precisa Abarca.
Las y los tutores se caracterizan por ser empáticos, proactivos y tener el interés de enseñar, además de ser responsables y comprometidos. Muchas veces, quienes postulan suelen ser estudiantes que fueron tutorados en su primer año, por lo que conocen la iniciativa, y otros que tienen la vocación de enseñar y han participado en otras actividades sociales y con jóvenes.
El día a día
En general, las y los tutores destinan entre siete y diez horas semanales al trabajo de este programa, entre reuniones de coordinación con PAE, asistencia a talleres y trabajo con las y los tutorados, que puede ser de manera individual y grupal, presencialmente o por vía virtual. Cada tutor o tutora suele hacerse cargo de entre seis y diez alumnos.
Para Coliqueo, esta iniciativa ayuda a obtener variadas prácticas positivas. “El PAE es una excelente escuela, porque debes organizarte, capacitarte y desarrollar talleres en coordinación con profesionales, como psicólogos y trabajadores sociales. También se hacen reportes mensuales y el trabajo es remunerado. Sin duda, vale la pena para formarse y tener esta vivencia en el currículum”, destaca la estudiante de Ingeniería en Gestión Turística.
En el caso de Riquelme, describe su trabajo con dos palabras “proactividad y organización”, porque “se debe ser constante con el contacto que se tiene con las y los estudiantes, estar bien pendientes. Ideal es juntarse con ellos para conocerlos en persona ya que así se crean mejores lazos y se vuelve más fácil el seguimiento. Hay que ser organizada y organizado para poder estar al cien por ciento con ellas y ellos, sin dejar de lado tus propias obligaciones”.
Quienes desarrollan las tutorías trabajan durante el primer semestre con las y los alumnos, orientándolos en temas centrales para hacer la transición de la educación escolar a universitaria, además de ver con ellos temas elementales para adaptarse a su primer año. En el segundo semestre, les ayudan a enfrentar diversas situaciones críticas, como hacer las frustraciones, ver temas de motivación, cómo encarar exposiciones y llevar a cabo trámites administrativos, entre otros asuntos.
Los tutores, explican desde PAE, “se convierten en un canal de conversación con los tutorados y tutoradas, orientándolos en cómo funciona la escuela, las clases y los servicios, ya que hacen esa bajada de información. Tienen las herramientas para poder observar ciertas situaciones entre estos alumnos y derivarlos a las coordinadoras, quienes evalúan caso a caso. Esto ayuda a la detección temprana por tener un vínculo de confianza con sus tutorados y tutoradas”.
PAE trabaja en red con otras unidades internas y externas, a quienes muchas veces deriva a las y los estudiantes nuevos cuando es necesario.
Ivania Riquelme afirma que “la experiencia vale la pena vivirla, se crean lazos muy bonitos y se conocen distintas realidades que te ayudan a crecer como persona, pero lo más importante es que debe gustarte socializar y ayudar a otros, porque muchas veces depende de nosotros y de las palabras que digamos sean adecuadas para que ese alumno o esa alumna no deserte en su primer año, por lo tanto, también es una gran responsabilidad”.