Editorial UTEM publica séptimo tomo de «Historia social de la educación chilena»
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Uno de los variados aspectos potentes que exhibe este proyecto de ediciones UTEM es que aborda el desarrollo histórico de la educación en Chile desde diversos puntos y con distintas visiones de investigadoras e investigadores. Se trata de un esfuerzo profundo no sólo por recopilar intensamente un proceso, sino que -por sobre todo- de analizarlo desde ópticas pluralistas y complementarias.
El séptimo tomo de «Historia social de la educación chilena» es -en rigor- una nueva revisión del período titulado “Estado Docente con creciente niveles de responsabilidad en sus aulas, Chile 1920 a 1973”. Se trata del período en el que desde las políticas públicas surge el concepto de Estado Docente, a partir del cual se reconoce el derecho de niños y niñas de los sectores más pobres y grupos medios del país a educarse.
Junto a ello, por medio de la acción de diversos actores sociales –profesores, académicos, organizaciones feministas, pueblos originarios, actores regionales– se generan cambios, con avances y retrocesos, en el sistema educativo nacional. Se trata de un proceso en que el que cada vez más se va haciendo necesario no considerar sólo la extensión de la cobertura, sino que generar las condiciones para que los resultados escolares fueran mejores, entregando así más oportunidades y dignidad a estudiantes y docentes.
Los textos compilados en el tomo 7 recogen las experiencias y postulados de actrices y actores involucrados en los cambios que experimentan las políticas e identidades educativas, la educación de pueblos originarios, las escuelas normalistas y escuelas rurales, la enseñanza de la filosofía y el rol del trabajo social, entre otros. Se ilustra así un momento histórico en que la educación se consolida como un derecho que no fue cuestionado sino hasta el golpe de Estado de 1973.
Tender un puente de diálogo
La publicación cuenta con el trabajo compilatorio del magíster en Historia y académico UTEM Benjamín Silva Torrealba, quien destaca que el trabajo global de «Historia Social…» constituye un aporte «en dos vertientes».
Explica el profesor que, por un lado, se trata de la más grande compilación de publicaciones en torno a historia de la educación chilena entre los años 1880 y 1973. Y, por otro, se trata de la más amplia obra sobre historia social en el país.
Este aspecto es explicado con datos: del total de 91 investigadoras e investigadores presentes en esta colección, en sus siete tomos, el 34% –es decir, 30 del total global–, son asociables a una disciplina de las ciencias sociales y humanidades (sociología, antropología, etnohistoria, ciencias, literatura, filosofía y trabajo social), a las cuales se suma al 29% de los trabajos, que equivalen a 27 de los mismos, que son asociables a las ciencias de la educación y pedagogía.
«Incluidos ambos registros, llegamos a decir que en el total de los siete tomos, el 63% de los mismos –casi dos tercios de lo publicado– no son de la disciplina histórica. Ello ha sido un camino intencionado, buscando con ello tender un puente de diálogo y debate teórico-metodológico entre la historia y los campos afines de las ciencias sociales, la pedagogía y las ciencias de la educación», plantea el académico.
El tomo 7 de la colección ofrece quince nuevas perspectivas del período, cada una con su aporte e investigación. Destacan por ejemplo, temáticas como mujeres en el proceso de reforma universitaria en Chile (1968); maestros y maestras como agentes políticos y comunitarios en pueblos rurales; la educación para adultos durante la primera mitad del siglo XX; alfabetización; la figura de Gabriela Mistral como educadora innovadora y dinámica; y miradas sobre la Escuela Nacional Unificada (ENU).
Con más de 500 páginas, el tomo es fiel al profundo espíritu de la saga investigativa. Y constituye una publicación indispensable para conocer el proceso educativo en el país.