Integrante de PACE UTEM participa en torneo latinoamericano de iaido
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Rubén Cortés es de profesión psicólogo y se desempeña en PACE UTEM. Durante años practica con disciplina y constancia artes marciales, aunque hubo un tiempo que por distintas razones tuvo que dejarlas, como -por ejemplo- para la pandemia. Sin embargo, no fue impedimento para mejorar a su regreso.
El torneo de iaido en el que participa es una actividad que cuenta con representantes de siete países, en una competencia dividida según el grado dentro del arte marcial de los participantes, partiendo en 1er Kyu, para los novatos, luego 1er Dan, 2do Dan (instancia en la que participa Cortés), 3er Dan y 4to Dan.
Chile va con dos representantes en cada categoría, quienes fueron elegidos en el campeonato nacional realizado en septiembre. Este año el encuentro latinoamericano le tocó organizarlo a la Federación Peruana de Kendo. Se espera que el próximo año le corresponda a la Federación Chilena.
El arte marcial iaido es tradicional de Japón y consiste –principalmente- en la práctica de kata (formas predefinidas) en las que se muestra el arte de desenvainar la espada, cortar y envainar nuevamente. Nace de la necesidad de los samurai de poder reaccionar rápido a algún ataque y también a distintas situaciones en las que necesitaban utilizar sus espadas.
En la práctica moderna, se centra mucho en el desarrollo personal, debido a que -a diferencia de otras artes marciales- no tiene golpes entre los contrincantes, sino que se evalúan sus kata (formas). Por ende, es una competencia contra uno mismo, en cuanto a la correcta ejecución de las formas y el estado mental y la actitud que se muestra frente a los jueces (que son tres por cada enfrentamiento).
¿Cómo fueron sus inicios en este arte marcial?
– Comencé practicando kendo, que es otra disciplina relacionada al iaido, cuando estaba en la universidad. Practiqué cerca de cinco años kendo, pero cuando me mudé de Antofagasta a Santiago no seguí entrenando. Con los años, ya en el 2018, unos amigos de Santiago, que practicaban iaido hace varios años, me invitaron a probar a ver si me interesaba, ya que tenía la experiencia del kendo y también había practicado otras artes marciales orientales y europeas durante mucho tiempo.
El mismo 2018 empecé a entrenar en la Asociación Metropolitana de Kendo, donde aprendí bastante y logré pasar mi primer examen, pero luego llegó la pandemia, y no tuve muchas posibilidades para entrenar. Para inicios del 2021, cuando las medidas fueron un poco más flexibles, pude entrenar un poco más por mi cuenta y di mi siguiente examen de grado, 1er Dan.
Fue en ese momento también que decidí cambiar mi dojo (escuela) y me sumé a Anshin Dojo, donde el Sensei Rodrigo Berrios me recibió con excelente disposición. Desde ese año hasta ahora he practicado siempre como parte de Anshin Dojo, y ya estando ahí di mi siguiente examen, 2do Dan. Actualmente, me estoy preparándome para rendir el 3er Dan a finales del 2024.
Como parte del Anshin Dojo participé en varios torneos nacionales, ganando los dos últimos, aparte de otras competencias organizadas en Santiago. Además, justo antes de la pandemia ya había quedado como parte de la selección nacional, pero el torneo latinoamericano que era en Brasil se tuvo que cancelar por la crisis sanitaria, y ahora con el último nacional, quedé nuevamente seleccionado para representar a chile en la categoría 2do Dan.
¿De qué forma tomó la noticia de su participación en este campeonato latinoamericano de la disciplina?
– Fue bastante emocionante, ya había logrado un puesto en la selección antes de la pandemia, pero había pasado tanto tiempo desde entonces, que nuevamente fue un reto muy grande, con bastantes nervios el enfrentarme al torneo nacional para quedarme con ese lugar. Obviamente, cuando gané el torneo y aseguré mi puesto, me sentí muy emocionado, e inspirado, ya que el ir a competir fuera de Chile y en representación de todos mis compañeros, sirve como confirmación de que todo el esfuerzo y el trabajo puesto en las prácticas, y las horas dedicadas a estudiar y mejorar las técnicas, sin duda han dado resultado. De todas maneras, no puedo evitar sentir un poco de ansiedad por la competencia que viene, porque es mi primera competencia internacional, y realmente quiero dar lo mejor.
Si gana ¿qué significaría?
– Sin duda, una sensación de logro. Mis profesores y compañeros siempre me dicen que soy muy bueno, y que mi nivel en general está por sobre lo que debería tener para el grado en el que estoy, pero el conseguir un lugar en el podio, y más aún ganar la competencia, sin duda me daría la confirmación de que realmente mi dedicación y esfuerzo han servido, y no solo eso, también al ganar siento que podría retribuir, aunque sea un poco, todo el tiempo que mis profesores, Rodrigo Berrios y Juan Poblete, y mis compañeros de dojo han dedicado para ayudarme a corregir detalles, mejorar las formas, quitar todas esas mañas o errores que ensucian mi presentación.
Obviamente, no puedo dejar de lado a mi familia y amigos, que siempre están empujándome a seguir entrenando, y traer la victoria de vuelta es también una retribución para quienes siempre están apoyándome y diciéndome que puedo ser el mejor si sigo dedicando tiempo y esfuerzo. Si tuviera que reducirlo a un par de palabras, creo que sería “Orgullo y superación”.
¿Cómo se ve en el futuro practicando esta arte marcial?
– Tengo metas a mediano plazo bien claras. Tengo que seguir entrenando, ya que en diciembre del 2024 puedo rendir mi examen de grado para subir a 3er Dan, aparte de seguir practicando dos artes marciales más relacionadas: kendo (combate con espadas de bambú) y jodo (técnicas de bastón corto), las que a ojos de muchos profesores son la triada que deberían practicar siempre quienes se interesan por esta línea de las artes marciales.
En cuanto al iaido en sí, pretendo seguir practicando por muchos años más, es un arte marcial que me permite estar en un constante desafío contra mí mismo, el seguir puliendo detalles, llevando mi mente a ese punto de paz en el que puedo dejar que mi cuerpo actúe de manera natural sin darle tantas vueltas a cada cosa. Por esto mismo, y porque realmente me gusta el iaido, mis metas son seguir creciendo, compitiendo, y ojalá ir a competencias a mayor escala, y alcanzar el grado necesario en el que pueda también tener mi propio dojo donde traspasar los conocimientos que se me han entregado a una nueva generación de iaidoka (practicantes de iaido), aunque para eso falta bastante, pero es una buena meta a largo plazo.