Con una imagen de una playa repleta de algas, tanto que es casi imposible ver la arena, el equipo compuesto por los estudiantes UTEM de Ingeniería en Administración Agroindustrial Nina Meneses Reyes y Paulo Varas Díaz -ahora profesionales- presentaron su emprendimiento Lactuca Bloom en el concurso Emprende UTEM 2023, obteniendo el primer lugar en el ítem de Línea de Emprendimiento Estudiantil, adjudicándose $2.000.0000.

El proyecto utiliza el alga costera Ulva Lactuca para producir un revestimiento alternativo a los aplicados tradicionalmente en la industria de la construcción. “Vimos una oportunidad en las costas de Algarrobo, en donde las algas están generando un problema para la comunidad, formando grandes colchones, que -al ser retirados de las playas con retroexcavadoras por parte del municipio- se resta arena sin que se pueda restituir”, indica Meneses.

Además, el emprendimiento también se hace cargo del impacto ambiental que genera la industria de la construcción. “Tomamos este residuo y con innovación, conocimiento, ingeniería y sustentabilidad, agregamos valor y contribuimos a mitigar la contaminación”, explica la ingeniería en Administración Agroindustrial.

Los inicios

Meneses y Varas comenzaron a pensar este emprendimiento desde su segundo año en la carrera, adelantándose al proyecto de titulación. Tenían claro que uno de los aspectos clave era hacerse cargo de un problema real. Para esto, realizaron visitas a terreno en Algarrobo, hicieron coordinaciones comunitarias, se reunieron con las comunidades, entrevistaron y realizaron más de 376 encuestas para poder llegar al resultado.

“Necesitábamos conocer la percepción de las personas, que están muy receptivas a que se utilicen materiales de construcción con características biodegradables”, sostiene Meneses.

“Evaluamos varios materiales en conjunto con un arquitecto y diseñador, y así identificar qué materiales funcionan para diseñar un revestimiento que compita con aquellos convencionales como madera, yeso-cartón y plástico, que no pueden ser biodegradables, lo que sí tiene el revestimiento a base de esta alga”, indica Paulo Varas.

El producto final

El dinero recaudado en el concurso se destinará a la compra de materiales, a la investigación de otro tipo de componentes y en robustecer la actual receta, principalmente. “Queremos seguir estudiando el tema, ya que esto sale de la esfera agroindustrial. Como es un proyecto que representa a la universidad y que demanda mayores conocimientos de ingeniería y de procesos, es muy importante considerar la formación académica”, sostiene Meneses.

Debido a la poca información sobre los biomateriales, los emprendedores están evaluando varias posibilidades para el prototipo. “La razón que nos hizo ganadores fue que estábamos impactando de forma significativa e implementando un biomaterial en comunidades donde los vecinos ya tienen asumido que no hay vuelta atrás en cuanto a la restitución de la arena”, indica Meneses.

La dupla continuará en contacto con la comunidad de Algarrobo y espera continuar sus estudios en Ingeniería Civil Industrial en el programa de Prosecución de Estudios de la UTEM “para llevar el proyecto al siguiente nivel”. Varas agrega: “Seguiremos mejorando nuestra receta y prototipo para poder llegar al mejor producto final”.