Proyecto UTEM estudia uso de espacios públicos en barrios vulnerables
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“Entorno construido y caminata: comprendiendo las calles de los barrios vulnerables de Santiago” es el nombre que recibe el proyecto de investigación que pretende caracterizar los espacios públicos y el uso de las calles de los barrios vulnerables de Santiago, al mismo tiempo que explora la percepción que tienen las personas sobre estos lugares, de modo de identificar criterios de diseño de calles que se ajusten, faciliten y mejoren las caminatas que ocurren en estos sectores de la capital.
“Esta investigación tiene como objetivo comprender qué está ocurriendo en la interacción entre las personas y los espacios públicos, cómo ellas están haciendo uso del territorio, y avanzar un poco más allá y llegar a proponer algunos modelos de calles nuevas que podrían integrarse dentro de nuestra periferia de bajo recurso. A través de este estudio, se trata de comprender cómo la gente camina en los barrios vulnerables y cómo el espacio público está respondiendo o no a tales situaciones, donde muchas veces hay un desajustes, al haber un espacio público que está siendo usado de una manera distinta a lo que se debería esperar”, explica Cristhian Figueroa Martínez, profesor a cargo de la investigación.
En el proyecto -que fue adjudicado en el Concurso Interno de Fomento a la I+D+i o Creación 2023– participan las/os académicos/as del Departamento de Planificación y Ordenamiento Territorial, Erwin Aguirre Villalobos y Daniela Godoy Donoso como coinvestigadores, y Cristhian Figueroa Martínez como investigador responsable. Se trata de un estudio que involucra la observación etnográfica y registros en terreno de tres barrios en los que se pretende contribuir a la arquitectura, el diseño urbano y las políticas públicas con criterios que permitan mejorar las condiciones en las que se da la caminata en los barrios vulnerables.
“Actualmente se sabe muy poco respecto a la relación que existe entre las personas que transitan y las calles mismas. En este sentido, este proyecto busca comprender qué pasa con ello, qué pasa en nuestras veredas, qué pasa en nuestras calles, cómo se utilizan y qué utilidad se les da. Finalmente, lo que pretende esta investigación es comprender eso para proteger el tránsito de las personas y evitar que la gente deje de caminar o se suba al auto, lo que se logra mejorando las calles, las que muchas veces son hostiles con quienes las recorren”, detalla el también Doctor en Transporte, Figueroa Martínez.
Analizar el espacio público
La investigación -que se enfoca en el estudio de barrios vulnerables de la periferia de Santiago- entiende la caminata y el tránsito ciudadano como una interacción social recurrente, y como una actividad clave en la reproducción del capital social, la cultura y el conocimiento, la que permite participar en la esfera pública y ejercer ciudadanía. Al mismo tiempo, el proyecto presenta el escenario arquitectónico construido como un factor de impacto en el comportamiento humano que, en combinación con el entorno social, afectan la experiencia de los individuos y la calidad de sus viajes y -por ende- de sus vidas.
“La caminata sigue siendo el principal modo de transporte en nuestro país y es una actividad que tiene muchas implicaciones, no sólo en términos de transporte, sino que también para la salud, ya que es una de las actividades más sanas y con menos impacto físico. Asimismo, también tiene que ver con la sustentabilidad de nuestras ciudades. Mientras nosotros tengamos más capacidad de caminar, mientras nuestras ciudades sigan soportando la caminata, vamos a seguir usando transporte público y no vamos a subirnos al auto, que es el gran riesgo que existe en las ciudades modernas”, subraya Figueroa Martínez, quien es Magíster en Proyecto Urbano.
En este contexto, los estudios han revelado que el entorno construido afecta los patrones de viaje de las personas, donde la alta densidad, la mixtura del uso de suelo o diseños urbanos amigables pueden favorecer comportamientos más sustentables y, en particular, promover la caminata. A partir de esto, el proyecto busca analizar las formas en que las personas que carecen de recursos y/o habitan en barrios vulnerables, interactúan con el espacio público y cómo esto afecta sus experiencias cotidianas.
“A lo que apunta esta investigación es a comprender en detalle cómo la gente se comporta en las calles, y proponer espacios públicos que, por un lado, faciliten la caminata pero, por otro lado, también mejoren el bienestar y experiencia de las personas. Queremos primero observar a las personas y después salir a caminar con ellos en los barrios donde viven, de modo de que nos muestren las cosas malas que les toca enfrentar, pero también las cosas buenas, de modo de hacer un análisis participativo con la comunidad y conocer en profundidad qué realidad es la que les toca vivir, para ofrecer soluciones pertinentes y asertivas”, señala Figueroa Martínez
La investigación está en su etapa inicial y se espera que posteriormente los resultados sean socializados y difundidos con las comunidades locales, la comunidad académica y con aquellos encargados de diseñar e implementar políticas públicas en el nivel central, metropolitano y local, de modo de ser un aporte en la arquitectura y diseño de los espacios públicos de la ciudad.