“Frente a la situación de cambio climático que afecta a nuestra región, una de las medidas propuestas es el incentivo a iniciativas de reforestación y regeneración de suelo, que apunten a disminuir los altos índices de degradación de suelo que afecta a la región, lo que alcanzaría al 80% del territorio”, señala Francisco Guzmán Baquedano, encargado de Cambio Climático en el Gobierno Regional (GORE) de Coquimbo.

En este contexto recientemente el Consejo Regional aprobó el Programa de Transferencia Piloto de Reforestación, para la recuperación de suelos y la producción forrajera para el ganado caprino, formulado por la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM), a través del Programa de Biotecnología Vegetal y Ambiental Aplicada (PBVAA) del Centro de la Facultad de Ciencias Naturales, Matemática y del Medio Ambiente (FCNMMA), con la participación del Instituto Nacional Forestal (INFOR), la Corporación Nacional Forestal (CONAF) y el financiamiento del GORE, el que contará con $300 millones de pesos para su ejecución, con cargo al presupuesto 2024.

La experiencia piloto será aplicada en comunidades agrícolas de Andacollo, Paihuano y Ovalle y tiene como objetivo poner a prueba un novedoso método de reforestación formulado en la UTEM, mediante la plantación de árboles nativos del desierto, Algarrobo, Chañar y Átriplex, en casillas de bajo consumo hídrico que aseguran una rápida producción de forraje animal.

¿Cuál será la labor de la UTEM en este proyecto? “En el laboratorio, donde funciona el PBVAA, realizaremos trabajos de propagación y genotipificación de las plantas para el proceso de forestación. Además, se seleccionarán microorganismos benéficos para acelerar el crecimiento de los árboles forestados”, enfatiza Luis Pouchucq Marinkovic, docente del Depto. de Biotecnología de la FCNMMA UTEM y miembro Programa de de Biotecnología Vegetal y Ambiental Aplicada.

Es importante mencionar que esta iniciativa se ejecutará en dos años, pero se compromete asistencia técnica por dos años más.“La idea es transferir la tecnología a entidades como el INFOR y las comunidades agrícolas, para que sean ellas luego quienes manejen las plantaciones e instalen nuevas utilizando la metodología. Por otro lado, la CONAF amablemente ha comprometido donar 1000 plantas de Átriplex desde sus viveros”, añade el académico.

“El proyecto incluirá la participación de investigadoras e investigadores de la UTEM como Cristian Becerra Baeza, director del Centro de la Facultad, Constanza Morales Neghme y yo, ambos del Depto. de Biotecnología. También será parte del equipo Milen Duarte Muñoz, académica de la Universidad Austral de Chile. Sumado a las y los investigadores del INFOR división Diaguitas, representados por Leonardo Cifuentes Lisboa”, agrega Pouchucq Marinkovic.

Cifuentes Lisboa, del INFOR, explica que “Nosotros llevaremos a cabo la recolección de semillas. en sectores ya reconocidos con estudios anteriores y que asegurará la obtención de estas. En segundo lugar, INFOR estará a cargo de la plantación y establecimiento de las especies antes mencionadas, en sectores definidos previamente con la UTEM, labor que se realizará en conjunto con las comunidades locales. Todo lo anterior se llevará acabo con un plan de monitoreo donde se tomarán datos de supervivencia, crecimiento (altura y DAC) y productividad vegetativa”.

Fomentando la sustentabilidad

La implementación del proyecto contempla la construcción y operación de tres viveros de 20 metros, en cada una de las comunas donde se desarrollará esta iniciativa, destinados a la propagación de árboles nativos. Además, se incorporará un componente de educación ambiental dirigido a estudiantes de enseñanza básic.

El programa también busca lograr beneficios a corto plazo, como la creación de tres pequeños bosques mixtos con las especies seleccionadas. A mediano y largo plazo, se pretende evaluar tecnologías que mejoren la viabilidad de las reforestaciones, ofreciendo una alternativa complementaria para el forrajeo caprino.

El éxito del proyecto dependerá de varios factores. Leonardo Cifuentes Lisboa señala que “los principales desafíos corresponden a la ubicación estratégica de las parcelas para la reforestación, en donde la prioridad es el recurso hídrico, así como también el compromiso de la comunidad al cuidado de estas parcelas”.

El impacto esperado de este proyecto es significativo, tanto para el medio ambiente como para las comunidades locales. Guzmán Baquedano agrega que “el Gobierno Regional pretende ir ampliando la iniciativa a otros territorios e ir entregando las herramientas necesarias para que la comunidad pueda tener una ganadería caprina sustentable”.