Organizado por la Red Compromiso con el Desarrollo Sustentable, el Concurso 2024 Acción Sustentable Universitaria busca apoyar iniciativas colectivas que fomenten la sustentabilidad en la comunidad universitaria.

En el caso de la Universidad Tecnológica Metropolitana dos iniciativas llevadas a cabo por investigadoras/es de la Facultad de Ciencias Naturales, Matemática y del Medio Ambiente (FCNMMA) fueron destacadas: “Humedales construidos para laboratorios” y “Biolubricantes”. Ambos proyectos no sólo destacan por su innovación, sino también por el impacto social y ambiental que buscan generar.

Humedales en acción

Este proyecto es liderado por Catalina López Espejo, docente del Departamento de Química, en conjunto con las/os estudiantes Ignacia Santos Vargas, Bárbara García Sánchez y Bastián Castro Castro, de Ingeniería Química. Su objetivo es implementar sistemas naturales de tratamiento y recirculación de aguas para los laboratorios de la universidad.

Además del reconocimiento en el Concurso Acción Sustentable Universitaria, también obtuvieron el premio Camino Sustentable 2024 de la UTEM otorgado por el Programa de Sustentabilidad. Según Catalina López Espejo, “actualmente el proyecto se encuentra en fase de difusión en colegios, donde buscamos motivar a las/os alumnas/os para que repliquen la iniciativa en sus propios establecimientos”.

Con miras a su implementación total a finales de este año, el grupo detrás del proyecto ya tiene su mirada puesta en expandir la investigación a otras áreas. “Para 2030, aspiramos a tener emisión cero de residuos industriales líquidos en la universidad. Además, buscamos llevar esta tecnología a comunidades locales, como juntas de vecinos y centros de salud, creando una página web accesible para que cualquiera pueda construir su propio humedal. Este enfoque, además de ser sostenible, también reduce los costos del agua”, indica la docente.

Biolubricantes sostenibles

Este segundo proyecto está dirigido por Carola Bahamondes Donoso, académica del Departamento de Biotecnología, junto con Amanda Cruchaga Carrasco, estudiante de quinto año de Ingeniería en Biotecnología. A este equipo se suma Jorge Cortés Mella, académico del mismo departamento; Nicole Gutiérrez Jara y Mauricio Donders Orellana, del Programa de Evaluación Sensorial y el Panel de Cata de Aceite de Oliva.

“El objetivo de esta iniciativa, que se inició en base a mi tesis, es desarrollar un prototipo de biolubricante industrial utilizando aceite de descarte, lo que promueve la economía circular y reduce el impacto ambiental en comparación con los lubricantes derivados del petróleo o sintéticos”, explica Amanda Cruchaga Carrasco.

“Con este trabajo en marcha, nos acercamos al Programa de Evaluación Sensorial. La idea es usar el aceite que ellos tienen de descarte e instalar bidones en distintos lugares de la UTEM, para que las/os mismos estudiantes y funcionarias/os también traigan aceite usado y así empecemos a acumular”, agrega Bahamondes Donoso.

Nicole Gutiérrez Jara, del PACAO-PES, comenta que “los residuos de aceite vegetal son complejos de revalorizar. Por lo tanto, al generar un producto que actualmente todas las industrias utilizan, se logra contribuir al planeta, con un químico de menor impacto ambiental”.

“De alguna forma, usando algo que es un desecho, podemos darle una segunda vuelta a este producto y hay dos grandes aspectos que podríamos utilizar: Lubricantes para las líneas de alimentos o, por ejemplo, para la industria de la minería. Es ahí donde precisamente está mi rol en el proyecto”, señala Jorge Cortés Mella.

Donders Orellana, del PACAO-PES y director de la Escuela de Industria Alimentaria y Biotecnología, destaca que “este es un proyecto de lideresas, donde nosotros estamos apoyando. Es bonito ver cómo una iniciativa que parte de una estudiante y una funcionaria como Nicole, puede despegar de esta manera y tener una gran proyección».

El proyecto debería terminar en diciembre, pero la idea es continuarlo y optar a concursos de mayor envergadura de nivel externo.

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