Mónica Thodes Ávalos, académica UTEM: «El curso Prevención de Drogas y Proyecto de Vida ha ayudado a crear conciencia”

Autor: Constanza Valdivia Rossel|
La académica del Departamento de Humanidades, de la FHTCS, lidera durante más de una década esta iniciativa pionera entre las universidades estatales. La temática hoy forma parte de encuentros anuales en el sistema educativo público, a partir del cual han surgido nuevas redes y líneas de trabajo más amplias.

Desde el año 2009, la UTEM forma parte de una red de universidades estatales comprometidas con la promoción del bienestar estudiantil y la prevención del consumo de drogas, a través del curso “Prevención de drogas y proyecto de vida”.

La iniciativa, impulsada por el Consorcio de Universidades del Estado (CUECH) en colaboración con el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (SENDA), ha contado con la participación activa de UTEM Virtual y del Departamento de Humanidades (de la Facultad de Humanidades y Tecnologías de la Comunicación Social), que desde sus inicios aportan su experiencia docente y tecnológica.

En esta entrevista, la académica Mónica Elizabeth Thodes Ávalos reflexiona sobre los aprendizajes, desafíos y aportes de este intenso trabajo colaborativo, que se ha consolidado como una valiosa herramienta de formación y prevención para la comunidad estudiantil.

¿Cómo surge esta iniciativa y qué motivaciones la han llevado a involucrarse en este tema dentro de la UTEM y junto al CUECH?

– No tengo claro si fue SENDA –CONACE, por aquellos días– o CUECH las instancias que presentaron el proyecto. Tengo la impresión que fue SENDA.
Si no me equivoco, el curso “Prevención de drogas y proyecto de vida” comenzó a impartirse el segundo semestre del año 2009, en algunas universidades estatales, ya que no todas estuvieron interesadas en sumarse al proyecto desde un comienzo. La UTEM fue una de las primeras.
La idea del proyecto, que parte con el curso antes mencionado, es apoyar la prevención de la ingesta de drogas, promoviendo una vida más benéfica para los estudiantes.
La UTEM puso a disposición su plataforma virtual, dada la experiencia en dictar cursos online, y el director de UTEM Virtual solicitó al Departamento de Humanidades que yo asumiera la docencia de la asignatura, por mi formación en psicología y mi experiencia previa en docencia virtual.
El proyecto me resultó interesantísimo. Me pareció que podía ayudar a crear conciencia respecto de la peligrosidad de las drogas, en diversos aspectos de la vida, lo que podría llevar a que los y las estudiantes tomaran decisiones informadas al minuto de tener la posibilidad de consumir alguna droga.

¿Cómo evalúa la experiencia del curso y el trabajo que ha venido desarrollando en torno a la temática de adicciones y universidad?

– La experiencia ha sido muy buena, por varias razones. Ha habido muchos estudiantes interesados en cursar la asignatura a lo largo de los años, lo que es positivo; he llegado a tener un máximo de aproximadamente 350 estudiantes en un semestre.
El contacto con colegas de otras universidades ha permitido enriquecer conocimientos, crear lazos y generar colaboración sin competencia. También, el trabajo con las Direcciones de Asuntos Estudiantiles ha favorecido nuevas redes de apoyo y el aprendizaje conjunto entre instituciones.
Hemos realizado cambios sustantivos a la asignatura a lo largo del tiempo —en contenidos, metodología y presentación en la plataforma— lo que la ha hecho más amigable para los estudiantes y ha facilitado nuestra labor docente. El mundo de las drogas cambia rápidamente, por lo que hemos mantenido el curso actualizado.

¿Qué aportes considera más significativos que este proyecto ha entregado a los y las estudiantes de la UTEM?

– Se ha entregado información relevante acerca del uso de drogas, lo que en algunos casos ha ayudado a los y las estudiantes a mantenerse al margen del consumo. Además, reciben una certificación de SENDA, que para algunos representa un valor agregado en su desarrollo profesional.
Creo que lo más importante está por llegar. En abril de 2015 se realizó la primera Mesa de Trabajo de la Red Zona Centro entre SENDA y CUECH, y en agosto de 2023 se lanzó el modelo “Culturas preventivas para la vida estudiantil”. Este nuevo proyecto promete una intervención mucho más profunda y sostenida en la prevención del consumo de drogas, ampliando el alcance del trabajo que iniciamos con la asignatura.

¿Cómo ha percibido la recepción y el interés del estudiantado frente a esta iniciativa?

– La recepción ha sido buena, aunque no todos los estudiantes se la toman con la misma seriedad. La asignatura convoca a estudiantes de todas las carreras de la universidad y la mayoría la completa con buenas calificaciones.
Los estudiantes de Trabajo Social suelen mostrar mayor interés, al igual que quienes participan en organizaciones sociales o religiosas, pues reconocen que el curso les brinda herramientas útiles para su labor comunitaria. También hay quienes la eligen por la modalidad 100% online y el horario diferido, lo que facilita compatibilizar sus estudios.

Desde su perspectiva, ¿qué trascendencia tiene para la UTEM y para la Facultad de Humanidades la colaboración con SENDA y las universidades del CUECH en este ámbito?

– Este proyecto parte con la asignatura “Prevención de drogas…”, pero a partir de los encuentros anuales de evaluación han surgido nuevas redes y líneas de trabajo más amplias, coordinadas entre las universidades del Estado.
Actualmente, la psicóloga Daniela Harris Honorato representa a la UTEM en la Red, destacando por su liderazgo en los proyectos conjuntos del CUECH, lo que ha sido muy relevante para nuestra universidad.
Para el Departamento de Humanidades ha sido un orgullo participar y contribuir al crecimiento de esta iniciativa que fortalece la unión de las universidades estatales y promueve una cultura de bienestar en la vida universitaria. Hoy formamos parte del proyecto marco “Red de Calidad de Vida Estudiantil”, cuyo primer hito es desarrollar un plan de promoción, prevención y apoyo en salud mental, una problemática de enorme relevancia en el país.

¿Qué mensaje le gustaría transmitir a la comunidad universitaria respecto a este trabajo y a la importancia de abordar las adicciones desde la formación académica?

– Nuestra comunidad está compuesta por estudiantes, funcionarios y académicos, todos personas merecedoras del mismo respeto, y todos expuestos a situaciones que pueden afectar nuestra salud mental o conducirnos a alguna adicción.
Por eso, invito a no tener prejuicios, ni juzgar o criticar a quienes atraviesan estas dificultades. Si no podemos ayudar directamente, al menos observemos sin hacer daño. La empatía y la comprensión son también formas de prevención y bienestar colectivo.

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