Cómo viene la versión 2022 de la Encuesta de Compromiso Estudiantil (ENCE)

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Estudio se lleva adelante a partir de esta semana y busca que se faciliten las mejores condiciones en el proceso formativo de alumnos y alumnas.

Entendiendo la idea del «compromiso estudiantil» como el estado y disposición de los estudiantes por abordar sus estudios y lograr aprendizajes, las universidades pertenecientes al CRUCH llevan adelante la Encuesta Nacional de Evaluación del Compromiso Estudiantil (ENCE), instrumento que pretende medir las condiciones existentes para la citada disposición.

La idea central del estudio es que las instituciones involucradas tomen las medidas que faciliten y
enriquezcan el proceso formativo de sus alumnas y alumnos. Desde el Departamento de Seguimiento a
la Progresión de los Estudiantes -DESPE, instancia UTEM que coordina la realización y el análisis de esta encuesta- se señala que, de acuerdo a las versiones anteriores, en la universidad se valoran de manera «muy significativa» algunas prácticas de los docentes, como la aplicación de teoría, hechos o situaciones a contextos prácticos o contextos nuevos, además del uso de ejemplos o ilustraciones para explicar los aprendizajes.

La mayoría de los y las estudiantes UTEM siente que ha logrado las competencias comprometidas en su formación y consideran que la institución provee espacios seguros para el desarrollo académico. Sin embargo, indican que se sienten distantes a sus docentes y que existen pocos espacios de interacción fuera del aula.

A nivel nacional, en tanto, ENCE ha permitido señalar que los estudiantes valoran la formación que reciben de las instituciones, sin embargo, identifican algunos inconvenientes, como por ejemplo el tiempo que requieren para dedicarle a sus estudios y que los espacios de formación cuentan con escasa diversidad social, política, de género o religiosa.

En general, los resultados tanto nacional como específico a la UTEM, coindicen en aspectos como la necesidad de mayores espacios de interacción entre alumnos y docentes más allá de la sala de clases, además de discutir con los profesores los desempeños alcanzados o los planes académicos.

Desde el punto de vista conceptual, la encuesta se basa en la idea del “student engagement”, referida a un ánimo en particular para abordar los estudios. Desde el DESPE precisan que se centra, fundamentalmente, en el tiempo y esfuerzo que los y las estudiantes dedican a sus estudios y actividades formativas. Sin embargo, también considera la manera en que la institución despliega sus recursos y organiza el proceso formativo para que el estudiante participe de actividades que están relacionadas con su aprendizaje.

Se entiende también que las instituciones de educación superior deben desarrollar actividades consistentes y ofrecer condiciones adecuadas para el logro de aprendizajes efectivos. Así entonces, el foco está puesto en conocer mejor cómo se comprometen los estudiantes con su aprendizaje y qué pueden hacer las universidades para mejorar sus políticas y prácticas de modo tal de estimular el logro de objetivos académicos y la necesaria vinculación de los jóvenes con sus casas de estudio.

Las claves de la información estudiantil

Un aspecto esencial que ha cruzado la vida social del país -en general- y lo académico, en particular, es la pandemia. Si bien el estudio no tiene como objetivo medir su efecto, sí ha dado pistas para entender el fenómeno en el ámbito estudiantil, dando cuenta de algunos hallazgos relevantes.

Por ejemplo, la mayoría de los estudiantes indica que no tuvo problemas de conectividad, que pudo asistir sin inconvenientes a las videoconferencias o clases y que logró enviar sus tareas sin inconvenientes. Por otra parte, un resultado muy significativo es que los estudiantes pudieron dedicar tiempo a otras actividades no académicas, pues no se invirtió tiempo en el traslado.

ENCE es un instrumento originalmente diseñado por el Centro de Investigación en Educación Superior de la Universidad de Indiana, Estados Unidos, que se ha ido adaptando a diversas realidades. En el año 2017, tres universidades chilenas realizaron un proyecto piloto de ajuste y validación cognitiva y estadística del cuestionario, de modo de recoger adecuadamente las características de la experiencia de estudiantes de pregrado en nuestro contexto local.

Desde entonces, el cuestionario se aplica anualmente, bajo el patrocinio del Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas, incorporándose nuevas instituciones a la iniciativa y promoviendo el intercambio de información sobre experiencia estudiantil y buenas prácticas de gestión de la calidad. Al año 2022, dieciocho universidades del CRUCH han solicitado participar de la iniciativa.

Si bien la versión 2022 no incluye elementos distintos a las anteriores, bajan sus ítems con el fin de facilitar el proceso de respuesta de los y las estudiantes. La puesta en marcha del estudio comienza en la semana del 17 de octubre y se cierra el 18 de noviembre, encontrándose en la plataforma Mi.UTEM.

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