Las negativas consecuencias de la dictadura en la educación superior subrayó la rectora UTEM Marisol Durán Santis en el seminario 50 años del Golpe de Estado, que organizó la Universidad Católica.

Señaló que resultaba «público y notorio que el Golpe de Estado de 1973 no fue sólo para ´restablecer la institucionalidad quebrantada´, como aseguraba el Bando N° 5 de la Junta Militar, sino que permitió una refundación completa del conjunto de la sociedad chilena, en sus dimensiones políticas, institucionales, económicas, sociales y culturales».

En este contexto, explicó la rectora, se impuso un modelo de educación que fue «un golpe contra la educación pública, reconvirtiendo la educación en un bien de mercado e introduciendo la lógica de la competencia y el autofinanciamiento». Dijo que con ese enfoque se desmembraron las universidades estatales de carácter nacional, al calor de lo cual nació la propia Universidad Tecnológica Metropolitana UTEM, a partir de la separación en 1981 del Instituto Politécnico y la Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Chile.

De allí es que la rectora llamó a imaginar un nuevo pacto social en torno a una educación superior pública concebida como derecho social para todos y todas. «Una concepción de la educación superior que, además, considere la formación en derechos humanos como tarea principal. En el caso de nuestra universidad tenemos una experiencia positiva con nuestro Programa de Derechos Humanos y Ciudadanos, que estamos en disposición de compartir».

Todos concordaron en que las universidades y sus comunidades sufrieron consecuencias negativas, tal como el país: intervención de autoridades militares, persecuciones, censura, detenciones y muertes.

También estuvieron de acuerdo que fue al alero de las universidades que los estudiantes se organizaron -a pesar de todo- y pudieron mantener el espíritu vivo de la recuperación democrática.

La rectora Marisol Santis subrayó que el modelo educativo que surge en dictadura se mantiene hasta ahora, centrado en una lógica de competencia y autofinanciamiento.

Los rectores concordaron en que una lección que puede sacarse a cinco décadas del Golpe de Estado es que bajo ninguna circunstancia puede perderse el respeto a la institucionalidad ni deshumanizar a quienes se consideren adversarios.

La rectora UTEM, en tanto, enfatizó que dos lecciones importantes que deben sacarse de lo ocurrido es la valorización de la democracia y la importancia de la promoción y la vigencia universal de los derechos humanos.

En la oportunidad estuvieron presentes también los rectores Ignacio Sánchez (UC), Carlos Saavedra (Universidad de Concepción) y Rodrigo Vidal (USACH). Moderó la conversación la historiadora Sol Serrano, Premio Nacional 2018 de la disciplina.